Descansa en Jesús y dale tus cargas
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El Señor te anhela amorosamente
5 enero, 2015
El deseo de Dios es que disfrutemos de una vida en abundancia con Jesús. Esa fue la finalidad del ministerio de Jesús en esta tierra.
Entendemos como vida en abundancia el que podamos vivir bien, teniendo muchas bendiciones en todas las áreas de nuestra vida.
Y eso no es un concepto equivocado es muy cierto, pero, aunque es lindo disfrutar de la vida en esta tierra, eso no es todo mi amiga.
La vida que Jesús vino a darnos va más allá de lo material o familiar que podamos vivir en este tiempo.
Él vino a salvarnos de la muerte eterna y a regalarnos la vida eterna, siempre que creamos en su nombre.
Jesús lo dijo así:
«…Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». Juan 10:10
Se refiere a una vida de amor, gozo y paz interior que no se determina por las circunstancias sino porque Él es la fuente de vida en nosotras.
Agradecemos la vida en abundancia con Jesús
Oramos con un corazón agradecido:
«Gracias Jesús, por haber dado vida nueva a mi ser. Recibo y disfruto hoy esta vida en abundancia que tú me das.
Mi cuerpo, alma y espíritu se renuevan este día para gozarme por tu gran amor hacia mí, declaro que tú eres la única fuente de gozo, amor y paz en quien yo deposito toda mi confianza.
Gracias por regalarme la oportunidad de vivir de manera digna, por perdonarme y redimirme del pasado que me agobiaba.
Gracias por rescatarme de la muerte.
También te doy gracias porque de mi ser brotan ríos de agua viva que saltan para vida eterna.
Ayúdame a ser portadora de esta misma vida donde quiera que yo vaya, mi Señor. Ahora permite que tu vida fluya en abundancia desde mi interior hacia el mundo, para que te conozca a través de mí.
Que yo sea instrumento de vida y restauración en medio de todos los que me rodean. Úsame para tu gloria.
Te amo, Jesús».
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Nos haría mucho bien tener presente este regalo de vida en abundancia con Jesús en nuestro corazón.
A pesar de situaciones difíciles que vivamos, esta gran verdad nos alentará cada día. Si lo creemos, seguramente las adversidades serán más llevaderas y pasarán con más rapidez.
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Pido a Dios que fluya para ti la vida en abundancia con Jesús, tu amiga,
Lidia E. Cames
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2 Comments
"HASTA AQUELLAS ÁREAS DE MI VIDA QUE ESTABAN MUERTAS… EL SEÑOR LAS RESTAURÓ" AMÉN.
Felicidades!