El relato de la mujer encorvada

Uno de los milagros de Jesús más comentados lo encontramos en el relato de la mujer encorvada. Y claro que aquí en este espacio también comparto hoy algo de ella y al mismo tiempo, resaltaré algunos datos que puedan servirnos a nosotras para nuestro propio crecimiento.

Puedes ver este relato en el evangelio de Lucas 13:10-13

En algunas versiones mencionan a esta mujer como “jorobada” en lugar de encorvada. Así que, de manera personal, creo que es lo mismo.

En resumen, se trata de una mujer que tenía 18 años que no podía enderezarse a causa de un espíritu malo. Es decir, caminaba, trabajaba, comía y vivía siempre doblada hacia adelante.

Un día fue al templo donde Jesús estaba predicando y ahí Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Luego la tocó y ella pudo por fin estar derecha.

5 enseñanzas en el relato de la mujer encorvada

1.- Su enfermedad no era por causa física. 

Era algo causado por el enemigo que la mantenía inclinada siempre, como si llevara una pesada carga. Lo dijo Jesús en el versículo 16 del capítulo 13 de Lucas.

Quizá tú no estás doblada físicamente mi amiga, pero quizá emocional o espiritualmente estás cargada con tristezas, dolores, temores, culpas, preocupaciones o hasta una enfermedad física que te imposibilitan para llevar una vida plena y libre.

2.- No podía ver hacia el frente ni hacia arriba. 

Ella siempre miraba hacia abajo, esa enfermedad maligna no le permitía que tuviera una visión de su futuro, o que levantara sus ojos al Dios Altísimo para pedir ayuda.

Cuando en la vida vamos con muchas cargas y aflicciones, siempre tendemos a enfocarnos en lo que estamos viviendo. Con eso es imposible visualizar un futuro con esperanza y es muy difícil creer y pedirle a Dios para que cambie las circunstancias.

3.- Fue a donde estaba Jesús. 

A pesar de todo ella fue al templo donde estaba Jesús. 

¡Recibió el milagro ahí en el templo! Pero el milagro no fue por el templo, sino porque la persona de Jesús estaba ahí. Él es el Sanador para nosotras.

Esto quiere decir que a pesar de las cargas que estemos llevando, no dejemos de buscar al Señor. Busquemos su presencia porque los milagros ocurren donde Él está. 

Ahí donde estás ahora mismo puedes invocarlo para que esté cerca de ti. Deja que Él te vea con todas esas cargas, pero con tu fe puesta en su poder sobrenatural.

4.- Jesús la vio, la llamó, le habló, la tocó y la liberó. 

Esta mujer sólo estaba ahí en el mismo lugar que el Maestro. 

Dios te ve cuando le buscas, también te llama para que te acerques más, te da palabras de paz, de sanidad, de gozo; y con sólo un toque te hará libre de todo lo que te mantiene imposibilitada para enderezar tu camino. Te hará soñar y visionar un futuro glorioso y lleno de esperanza.

5.- Fue libre para alabar a Dios. 

En cuanto la mujer encorvada se enderezó, empezó a dar gloria a Dios y alabarlo con toda libertad.

Cuando el Señor te libera de ataduras y cargas, siempre es espontánea la alabanza y el glorificarle con todo tu ser.

Conclusión

Amiga bella, pido a Dios que igual que en el relato de la mujer encorvada, Dios nos vea, nos llame, nos hable y nos toque para que seamos libres de cualquier cosa que nos esté impidiendo ver su gloria en nuestra vida presente y futura. 

Busquemos la presencia de Dios constantemente porque en cualquier momento seremos libres y podremos darle toda la gloria y la honra al Señor.

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Que Dios bendiga tu vida abundantemente, tu amiga,

Lidia E. Cames

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