Agradando a Dios
18 febrero, 2015Corazones perdonadores
18 febrero, 2015Tanto tiempo en busca de un verdadero bienestar sin encontrarlo. Aún después de tener a Cristo en el corazón no encuentras la dicha completa. Necesitas creer que los obedientes son felices, amiga.
Porque muchas veces quisieras ser más afortunada. Anhelas la bendición entera, verdad? Lo mismo me pasaba a mí, hasta que Dios me reveló esta palabra:
«Y Él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la guardan» Lucas 11:28
Bienaventurado significa: dichoso, feliz, afortunado, bendito… Es lo que el mundo que no conoce a Dios llamaría «suertudo».
Mucho ojo: Es bienaventurada la persona que oye la Palabra de Dios y la guarda.
Los obedientes son felices
Hoy Dios te da la clave para la auténtica felicidad: obedecer su Palabra; ponerla en práctica y aplicarla a tu vida.
No es suficiente con leerla, o ir a la iglesia y escucharla. El secreto está en seguir las instrucciones que Dios da a través de su Palabra.
Necesitamos vivir de acuerdo a lo que indica nuestro «manual de instrucciones»… Hacer lo que la Biblia dice nos asegura una vida feliz.
Dios no se equivoca cuando nos indica los pasos a seguir, Él siempre nos marca el camino para la bendición. Nunca nos da un mandato sólo por autoritarismo: son instrucciones a seguir para que vivamos en toda la plenitud que Él tiene para nosotros.
Porque el único que sabe lo que es mejor para ti es el Señor. Todo lo ve, todo lo conoce y Él sabe lo que hay más allá de tus decisiones, por eso te aconseja el mejor camino. Si tú le obedeces llegarás a la más grande felicidad y bendición que una persona puede tener.
Además, te lleva paso a paso. No te exige que obedezcas todo de una sola vez. También sabe de tu naturaleza y tus limitaciones. Cada día hay algo nuevo por hacer: alabarle, adorarle, perdonar, amar, dar, tolerar, dar testimonio, pedir perdón.
Oramos:
«Señor, muéstrame hoy qué es lo que me toca hacer, quiero vivir en felicidad y bienestar cumpliendo con tu Palabra.
Necesito y deseo que mi corazón anhele obedecerte; que esté dispuesto a guardar tus mandamientos. Gracias por dirigirme.
En el nombre de Jesús. Amén».
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Que Dios te fortalezca con su poder, tu amiga,
Lidia E. Cames
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Entrada actualizada: La clave para la felicidad verdadera