Jesús cuida nuestra fe
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28 junio, 2022Esta es una poderosa enseñanza de Jesús con una promesa para todos su seguidores, que aún está vigente para nosotras. Es una promesa que nos asegura bendiciones grandes y visibles, para dar testimonio de quién es nuestro Padre.
Resulta que el Maestro nos está alertando para que no vivamos aparentando mucha devoción, sólo para impresionar a la gente.
Así era como se conducían los líderes de la iglesia en ese tiempo:
— Oraban en voz alta y con mucha elocuencia, sobre todo en los lugares públicos.
— Llamaban la atención de la gente para que vieran cuando le daban limosna a alguien.
— El día que ayunaban, salían a la calle con caras demacradas y sin lavar y con ropas maltratadas.
Jesús reprobaba esas actitudes tanto que los llamó hipócritas. Por eso, enseñó a sus discípulos la bendición que habrá para quienes actúan en lo secreto, es decir en el anonimato.
Puedes ver en el capítulo 6 de Mateo, las instrucciones para agradar al Señor en la oración, el dar y el ayuno.
Hablaremos de algo que Él repite tres veces:
«Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público». Mateo 6:4, 6, 18
Enseñanza de Jesús con una promesa
No se trata de que la gente vea que eres muy cumplida con Dios, sino de lo que Dios lo vea en tu corazón.
Se entiende que la motivación de todo lo bueno que hacemos debe ser para impresionar a Dios y no a las personas.
Para el mundo no importa lo secreto de nuestra vida porque está en el interior y nadie lo ve, pero para nuestro Dios es importante ese secreto de tu corazón, Él sí lo ve.
Jesús dejó enseñanza acerca de la oración, el ayuno y el dar: Él instruye que hagamos estas cosas en privado, que no busquemos el aplauso de los demás.
La promesa es que cuando lo hacemos en secreto Dios nos dará una gran recompensa que será vista por el mundo entero.
Tal vez haya ocasiones en que no puedas ocultarlo; no importa, lo que realmente importa es el motivo de tu corazón: que siempre sea para agradar a Dios.
Así que asegúrate de aprender esta enseñanza de Jesús con una promesa, porque lo importante está en lo que pensamos, lo que sentimos y no lo que la gente opine o nos aplauda. El aplauso que importa es el de Dios.
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Que Dios nos ayude a ser discretas y a vencer la tentación de querer congraciarnos con el mundo. Porque la recompensa sí será visible y le daremos toda la gloria a nuestro Padre.
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Que Dios bendiga tu vida abundantemente, tu amiga,
Lidia E. Cames
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