Ester una reina con propósito. Segunda parte
21 abril, 2023Dios es el único que te salva de todo
27 abril, 2023Sabemos que a través de la templanza o dominio propio podemos controlar nuestros malos deseos o también nos ayuda a moldear nuestro carácter. Pero también es cierto que todo el fruto del Espíritu Santo necesita tener un equilibrio para no caer en excesos. Por eso hoy quiero hablarte del poder del dominio propio para las mujeres cristianas.
El dominio propio es la última parte que se menciona del fruto del Espíritu Santo. Este se conforma de nueve partes: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad o amabilidad, bondad, fe, mansedumbre o humildad y templanza o dominio propio (Gálatas 5:22-23).
También te gustará leer: Activa el dominio propio
Particularmente siento que el dominio propio es como un moderador que regula cada una de las partes del fruto del Espíritu Santo.
Esto que escribo hoy, lo encontré en el internet hace muchos años y de vez en cuando viene a mi mente para recordarme que el dominio propio viene a ponerme en el medio de la balanza, aún para lo bueno que me corresponde hacer.
Conoce el poder del dominio propio
Te comentaré con mis propias palabras porqué creo que el dominio propio nos ayuda a tener la proporción correcta de todo el fruto del Espíritu Santo.
Me llama la atención lo que puede suceder con el fruto del Espíritu Santo si no hubiera templanza o dominio propio, esto fue lo que encontré:
Sin dominio propio:
a.- El amor se vuelve una pasión desordenada.
b.- El gozo en una fiesta inmoral. Hay peligro de recurrir a cualquier diversión con el fin de obtener alegría.
c.- La paz en una actitud indiferente ante la vida. No es lo mismo tener paz que vivir en el conformismo que estanca.
d.- La paciencia en tolerancia alcahueta. Nos puede llevar a aceptar el maltrato o la injusticia.
e.- La benignidad o amabilidad en servilismo. Una cosa es ser amable y otra muy diferente es perder la dignidad en aras de la amabilidad.
f.- La bondad en permisividad. No confundir la bondad con la incapacidad de trazar límites sanos.
g.- La fe en superstición y sincretismo. Se podría caer en el error de depositar nuestra fe en cualquier corriente o doctrina que se nos presente.
h.- La mansedumbre (humildad) sin dominio propio nos puede llevar a la pérdida de la identidad y el valor que Cristo nos ha dado.
Conclusión
Entonces, el autocontrol no es algo que podamos lograrlo por nuestra voluntad, por eso es parte del fruto que produce el Espíritu de Dios. Recuerda siempre que el poder del dominio propio en tu vida trae equilibrio para lo bueno y pone un freno para lo malo.
Aquí hay otra aplicación del autocontrol: Domina tu carácter con la ayuda de Dios
Nos corresponde pedir en todo tiempo que Él trabaje en nuestro corazón para que no nos perdamos en mentiras del enemigo y se desvirtúe la obra de Dios en nuestra vida.
Oramos:
Amado Espíritu Santo, reconozco que necesito del dominio propio para saber controlar mis malos deseos en el tiempo oportuno. Pero también te pido que me instruyas para encontrar un equilibrio en el amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe y humildad a través del dominio propio que solamente tú puedes cultivarlo en mi corazón. No permitas que caiga en excesos que perjudican, sino que me ayudes a dar un fruto abundante y duradero, que te dé la gloria a Dios por siempre. En el nombre de Jesús.
Querida amiga, si te ha gustado este mensaje, compártelo en tus redes sociales con los botones en color rosa que están al final del post. Si deseas recibir los mensajes nuevos en tu correo, deja tus datos en el botón “Suscribirse”.
Que siempre seas llena del poder del Espíritu Santo, tu amiga,
Lidia E. Cames
Síguenos en Instagram: @arcoirisdepromesas