Atravesando valle de lágrimas

¿Por qué las hijas de Dios tenemos que pasar por aflicciones? Tal vez ahora mismo estés pasando por un tiempo de llanto y sufrimiento. A esto se refiere la Biblia cuando dice: «Atravesando el valle de lágrimas».

A veces quisiéramos que esos tiempos de aflicción no llegaran. Pero llegan mi amiga. 

Lo bueno es que a las hijas de Dios nos toca la bendición de ver transformado el valle del llanto en manantiales. Un tiempo de angustia y lágrimas se torna en tiempo de gozo y bendición.

Lo dice la Biblia:

«Cuando pasa por el valle de las lágrimas, lo convierte en un oasis bendecido por la lluvia temprana». Salmo 84:6 PDT

Entonces, ¿qué hacer para que eso suceda?

Atravesando valle de lágrimas

Cuando nos toca llorar hay dos cosas que podemos hacer:

1.- Poner toda nuestra confianza en Dios. No está mal llorar, lo que estaría mal es dejar de confiar en Dios. Él es el único que hace cambiar las circunstancias.

No pierdas de vista que el Señor es bueno y su amor es para siempre. Las etapas de crisis son temporales. lo único que permanece es su misericordia para sus hijos que le aman.

2.- Buscar de todo corazón sólo la ayuda de Dios. El Señor nos ayudará mientras vamos atravesando valle de lágrimas. Nos sostendrá y nos consolará.

Cuando estás atravesando valle de lágrimas, recuerda que Dios puede transformar en un instante toda sequedad en manantiales de vida.

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Con estas dos acciones, sucederá que el manantial de lágrimas se irá transformando en fuentes de agua viva y fresca que refrescarán tu ser. Además alcanzará para llenar a los que te rodean.

Aunque el dolor por el que atraviesas ahora sea muy grande, siempre encontrarás consuelo y bendición en los brazos del Padre.

Apóyate en el Señor y proponte andar en sus caminos y te sorprenderás al ver la rapidez con que dejas atrás ese tiempo dolor y llanto. 

¡Prepárate! Lluvias de bendiciones llenarán tus depósitos y el gozo del Señor será tu fortaleza.

Lo que nos quiere decir este pasaje es que aunque las hijas de Dios lloremos, las lágrimas siempre serán transformadas en fuentes de bendición para nosotras y los que están cerca.

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Que Dios te haga sentir su amoroso abrazo,

Lidia E. Cames

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