Jesús vino a salvar, no a condenar
13 enero, 2015Una auténtica fe en Dios y su Palabra
14 enero, 2015Sabemos de grandes personajes de la Biblia que tuvieron una amistad con Dios que les significó grandes retos y satisfacciones en sus vidas.
Por mencionar a algunos te diré de Adán, Abraham, Moisés y David, que fueron conocedores del corazón de Dios, quien les daba a conocer sus planes y disfrutaron de un lugar selecto en el círculo de amigos de Dios.
Ellos hablaban con el Señor cara a cara como lo haríamos con nuestra familia y nuestros amigos.
Sin embargo, yo encuentro en la Biblia que tú y yo también calificamos para ser amigas personales de nuestro Dios Padre. Lo encontré en este versículo:
«La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos dará a conocer su pacto». Salmo 25:14
Siempre veo varias versiones para ampliar el significado de lo que Dios dice y encontré cosas muy interesantes:
«El Señor reserva su amistad personal para los que le tienen un temor reverente. Es a ellos a los que les enseña el significado de su pacto». PDT
«Ser amigo tuyo, oh Dios, es privilegio de quienes te honran. Sólo con ellos compartes los secretos de tu pacto». NBV
«Los secretos del Señor son para los que le temen, y Él les dará a conocer Su pacto». NBLH
Busquemos la amistad con Dios
Comunión íntima con el Creador, tener amistad personal con Dios y ser amiga del Todopoderoso. ¡Suena maravilloso!
Pero lo más impresionante es que te da a conocer sus secretos. Es decir, puedes conocer su corazón, sus pensamientos, sus planes, su sentir hacia ti y a la humanidad.
Sólo tienes que honrarlo, respetarlo, buscarlo para darle el lugar número uno en tu vida.
Nos conviene buscar la forma de agradarlo siempre y tener comunicación con Él, no sólo las oraciones para pedirle algo, sino platicarle tus cosas y aprender a escucharlo a Él.
Dios tiene mucho para decirte, mucho para revelarte.
Cuando Dios te brinda su amistad te da a conocer los secretos de sus promesas y pactos.
Tal vez pienses que ya los conoces (y no lo dudo); pero puede ser que los tengas en tu mente y en tu intelecto solamente.
Pero cuando cultivas amistad con el Señor, Él pone su Palabra en tu corazón, y tienes tanta seguridad en sus promesas que no hay nada que te haga dudar de que se cumplirán.
Además, es más fácil vivir dependiendo de Dios en todo lo que haces. Tu confianza en Él se llama fe… y eso será suficiente para ver lo sobrenatural en tu vida, en tu familia y donde quiera que te muevas.
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Que la intimidad con Dios te envuelva siempre, tu amiga,
Lidia E. Cames
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