Lo que aprendí en este año

Llegando al final del año, siempre nos ponemos reflexivas y evaluamos lo que nos ha tocado vivir los últimos 365 días de nuestra vida. Yo quiero compartirte acerca de lo que aprendí en este año, porque quizá te ayude a identificar algo que te ayude a reconocer la mano de Dios.

Cuando Dios me mostró que este año me iba a dar fuerzas y que me tocaba formación de mi carácter, sí pensé que iba a ser duro, pero nunca me imaginé todas las cosas difíciles que iba a vivir.

Pasé por muchas etapas en mi estado de ánimo: desde negarme a pasar la copa, pasando por sentir dolor por mí misma, luego levantándome con mucha dificultad, pero siempre terminaba rendida a los pies de mi Señor.

Ahí fue donde tuve mis mayores aprendizajes. Fui obediente a la instrucción que Dios me dio hace un año:

«Confíen en el gran poder del Señor para fortalecerse». Efesios 6:10 PDT

Dale un vistazo a “5 pasos para tener fortaleza de carácter”

Lo que aprendí en este año

1.- Los pensamientos de Dios rebasan mi imaginación. Yo pensé que sabía a lo que me iba a enfrentar en este año, pero Dios me mostró que mis pensamientos quedan muy por debajo de lo que Él ya planeó para mí.

2.- Mi carácter se fortalece en medio de la prueba. Es imposible hacerse fuerte cuando todo en mi vida va bien. En la bonanza me hago perezosa, fue necesario que Dios me pusiera en medio de la dificultad para formar mi carácter.

3.- La queja me debilita y alabar a Dios me fortalece. Siempre había tenido la tendencia a quejarme de todo. Este año cambié la queja por alabanza y agradecimiento a Dios en medio de la tormenta.

4.- Dios tiene todo bajo control. En cada momento que parecía que todo se estaba hundiendo, el Señor siempre me sorprendió con respuestas hermosas que consolaron mi alma.

5.- Descansar en las promesas de Dios me da paz. Lo que sucedía a mi alrededor me robaba la fe y las fuerzas, por lo tanto, me obligué a cerrar mis ojos muchas veces y declarar en voz alta las promesas que el Señor me ha hecho. Así aprendí una nueva forma de recibir la paz de Dios. 

6.- Rendirme a la voluntad de Dios me da descanso. No siempre Dios va a obrar como yo quiero, Él tiene sus propios métodos y sus propios tiempos. El Señor siempre se ajusta a su plan y sus propósitos. No tengo que entenderlo, sólo aceptarlo con la convicción de que será para mi provecho.

7.- Dios siempre me sostiene en medio de la tormenta. Cuando parecía que ya no podía más con el dolor y la impotencia siempre me cuidó de no caer. Nunca retrocedí en mi fe, ni dejé de esperar en su misericordia.

Aprender con la experiencia

Amiga, esto es lo que aprendí en este año, aunque parecía que todo esto yo ya lo sabía, porque ya había pasado por situaciones parecidas en el pasado. Pero Dios tuvo que ir más profundo conmigo para llevarme a otro nivel de fortaleza, de fe y de mi relación con Él.

No es lo mismo saberlo con la mente, que aprenderlo a través de la experiencia.

Querida cazadora, seguro que tú también tuviste tus propios aprendizajes. ¿Te gustaría compartirlos con nosotras?

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Deseo que Dios te guarde en todos tus caminos, tu amiga,

Lidia E. Cames

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