Sueña y créele a Dios
26 febrero, 2015No a la angustia
27 febrero, 2015Tu cuerpo se beneficia cuando haces ejercicio: corres, caminas, bailas, nadas, practicas deporte o vas al gimnasio. Son disciplinas que vigorizan y fortalecen tu cuerpo físico.
Y eso es muy bueno: cuidar el templo del Señor.
Pero también es necesario ejercitarse para aprender a depender de Dios. Necesitas entrenar tu mente a pensar en lo que es agradable a Dios y entrenar el alma a desear lo que Dios quiere. Buscar siempre perfeccionar la santidad como lo primero en la vida.
Los deseos carnales tienen que ser entrenados a sujetarse, porque es el Espíritu Santo quien debe dominarte a ti, no ellos.
Esta es una práctica que trae resultados eternos. Que la disciplina sea enfocada a que cuerpo, mente y alma se rindan a la voluntad de Dios para tu vida.
Un día estaremos en la presencia de Dios. Su promesa es que viviremos con Él por la eternidad. Ahora es cuando nos toca prepararnos para llegar a su lado y disfrutar por siempre de su presencia.
Practiquemos en todo momento la dependencia de Dios, seguirlo y caminar con Él; poner a Dios en primer lugar es empezar a conocerlo, entenderlo y prepararnos para el tiempo de verlo cara a a cara.
Esto traerá bendiciones en tu vida y en todo lo que hagas y te asegura recompensas en la vida eterna. Es una promesa
que necesita de tu esfuerzo para lograrla, pero vale la pena porque llega hasta la eternidad. Si lo crees lo logras. En el nombre
de Jesús y en el poder del Espíritu Santo.