Dios Santo recibe mi adoración

Dios Santo recibe mi adoración

Amiga bella, te comparto la razón más poderosa por la que nosotras adoramos al Señor. Si no hubiera otra, yo creo que esta sería suficiente para vivir adorándole con el corazón. Esta razón la estableció el mismo Dios por boca del profeta Isaías, mira lo que dice la Palabra de Dios:

«Yo soy el Señor, tu Santo, el Creador y Rey de Israel». Isaías 43:15 NTV

En este día te animo a que abras tu corazón y te dispongas a adorar a Dios por quien es Él y no por lo que pueda darte. Recordando en todo tiempo que nada te separará de Él, ni de su amor.

Nos conviene reconocer que el Señor es tu Dios Santo, Él nos creó, nos escogió, nos santificó y nos puso nombre a cada una de nosotras.

Acepta y cree que Dios tiene planes de bien para tu vida y seguro que cumplirá su propósito en ti, porque Él nunca abandona la obra de sus manos. Esa es la clase de adoración que le da paso a la presencia de Dios en tu vida.

Adora en todo tiempo, en todo lugar a tu Dios y Señor, sin pensar en los beneficios que vas a recibir; sino solamente por el hecho de reconocer su gloria, majestad y Soberanía.

La clave para adorar a Dios

Ríndete a Él y entrégale todo tu ser, lo que eres y lo que tienes, al fin que todo lo has recibido de Él.

Deja que sea Dios quien te gobierne y que supla tus necesidades. Deposítale toda tu confianza y atrévete hoy a darle una adoración radical. Anímate a adorarlo sólo porque es tu Dios Santo, tu Creador y tu Rey.

Las bendiciones llegarán «por añadidura», porque su naturaleza es bendecir a quienes le adoran sinceramente.

Adoremos:

“Te adoro mi Dios Santo recibe mi adoración hoy. Me rindo a ti porque tú eres mi Hacedor, porque eres Rey de Majestad y tu gloria llena toda la tierra.

Enséñame a amarte más a ti que a las bendiciones que me das, de tal manera que aunque no me dieras ninguna bendición, yo desee permanecer a tu lado, adorándote sólo porque eres mi Creador y mi dueño.

No quiero separarme de ti, porque no podría y no sabría vivir sin tu amor.

Dirige mi vida, Señor. Te entrego mi ser entero y haz tu voluntad en mi vida, para tu gloria. En el nombre de Jesús. Amén.”

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Que Dios te dirija en todo lo que hagas hoy, tu amiga,

Lidia E. Cames

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