3 mujeres de la Biblia que Dios buscó
7 marzo, 2022Somos mujeres indestructibles
24 marzo, 2022Hermosa cazadora, tú y yo necesitamos estar conscientes de que una mujer de Dios no se rinde ante las situaciones que no cambian como quisiéramos. No nos rendiremos aunque ahora no podamos ver las respuestas que anhelamos.
No podemos negar que deseamos tener bendiciones abundantes cada día de nuestra vida, que tengamos buena salud, que no nos falte nada y además que los problemas y dificultades se alejen de nosotras.
Además sabemos que eso es lo que Dios desea para nosotras que somos sus hijas. Sin embargo, pasan los días, las semanas y los meses y no podemos vivir en la bendición que el Señor nos ha prometido.
Siempre que me encuentro en esa situación, viene a mi mente este versículo:
«Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidas». Gálatas 6:9 NTV
La clave está en no cansarnos. No nos desanimemos amiga, necesitamos seguir haciendo el bien. No podemos darnos por vencidas.
Una mujer de Dios no se rinde jamás
Nos conviene seguir haciendo el bien, esa es el punto para llegar a ver la cosecha que llegará a su debido tiempo.
¿Sabes cuál es el bien que no debemos dejar de hacer?
Tendríamos que leer todo el contexto, es decir, desde el versículo 8 hasta el 10:
«Quienes siembran únicamente para complacerse a sí mismos sólo cosecharán de ello la destrucción. Pero el que siembra para agradar al Espíritu, cosechará la vida eterna. No debemos cansarnos de hacer el bien. Si no nos rendimos, tendremos una buena cosecha en el momento apropiado. Siempre que podamos, hagamos el bien a todos, especialmente a los que pertenecen a la familia de la fe». Gálatas 6:8-10 PDT
Y aquí está el secreto por el cual una mujer de Dios no se rinde nunca. Es un secreto en dos partes:
Primero: Hacer el bien a los demás.
Segundo: La motivación es agradar a Dios.
Esto quiere decir que necesitamos dejar a un lado nuestra propia conveniencia. En otras palabras:
— No busquemos el aplauso.
— Tampoco esperemos un beneficio.
— Ni alimentemos el orgullo de ser muy buenas.
— Mejor pensemos en agradar a Dios.
— Y actuemos por obediencia al Espíritu de Dios.
Claro que el bien también significa que hay que seguir creyendo, esperando, confiando en la fidelidad de Dios para nosotras.
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Conclusión
Entonces, no dejemos de orar con esperanza, no perdamos el buen humor, sigamos amando y perdonando, permanezcamos en la paz sobrenatural de Dios.
Sirvamos a nuestra familia, nuestros amigos, los pobres y los necesitados con un corazón humilde y dispuestas siempre a agradar al Señor en todo lo que hagamos.
Él nos dará la respuesta en el momento oportuno, mientras tanto fortalezcamos nuestra fe manteniendo una actitud expectante, desechando las quejas de nuestra boca y de nuestro corazón.
Pido a Dios que siempre nos ayude a permanecer haciendo el bien a todos para no perder nuestra cosecha de bendiciones.
Nos tomamos fuertemente de la mano de Dios y veremos su gloria en esa necesidad que tenemos ahora.
Mientras tanto, recuerda siempre que una mujer de Dios no se rinde, nunca ni se cansa de hacer el bien. Esa mujer eres tú: una hija de Dios esforzada y valiente.
Dios te bendice, tu amiga,
Lidia E. Cames
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