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Fuerte soy por Cristo Jesús
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Si en verdad quieres que tu conducta cambie. Si ya has determinado que quieres caminar como nueva criatura en el Señor, necesitas saber y creer que sólo Dios puede cambiar tu corazón.
Esto lo vas a lograr exponiendo cada día tu corazón a Dios para que Él sea quien esté monitoreando tu ser interior.
«Señor, examina y reconoce mi corazón: pon a prueba cada uno de mis pensamientos. Así verás si voy por mal camino, y me guiarás por el camino eterno». Salmo 139:24
No puedes confiar a tu propio criterio y en tus fuerzas lo que vas a corregir en tu persona, porque el único que puede hacerlo es Dios.
Tal vez tú podrás hacer algunos cambios, pero hay cosas dentro de ti que están en tu inconsciente y que tú no logras captar y mucho menos cambiar.
Ahí es donde sólo Dios puede penetrar con su poder y, además, si tú se lo permites, toma el control y cambia todo pensamiento, toda motivación oculta y toda inclinación al mal.
Ya no te estreses, deja que Dios te dirija hoy por el camino correcto. Tú tomas las decisiones y Él trabaja.
Confiamos en que sólo Dios puede cambiar un corazón
Esta oración podría servirte para abrir tu corazón delante de Dios y dar el primer paso al cambio en tu vida:
“Padre Dios, te pido que mires en el fondo de mi corazón, averigua dentro de mí cuáles son los pensamientos que me inquietan y me alejan de ti.
Muéstrame aquellas cosas que hago y que ofenden tu sanidad. Háblame para que yo sepa cuando mi conducta no es agradable a ti.
Señálame mis malos pensamientos y no me permitas que vaya por caminos del mal.
Llévame por el camino que me lleva hacia ti; porque yo deseo la vida eterna que tienes para mí. Te suplico, Señor que me enseñes a vivir como tú quieres que yo viva.
Toma mi mano y dirígeme a tu presencia, mi Dios. Te lo pido en el nombre de Jesús”.
Ahora mantente firme creyendo que sólo Dios puede cambiar tu corazón, amiga.
Querida cazadora, si hiciste esta oración con fe estoy segura que empezarás a ver cambios que no podrás explicarte cómo sucedieron. Si te agradó este mensaje, compártelo y coméntalo para bendición de muchas mujeres.
Que Dios termine su obra en ti, tu amiga,
Lidia E. Cames
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