Purificando la mente

«…Llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo». 2 Corintios 10:5

Es necesario que te conviertas en el vigilante de tu mente… Que estés atenta para ubicar todos los pensamientos que no honran a Dios.Todos los pensamientos que están en contra de lo que a Dios le agrada, los que te hacen perder el gozo y la paz que Él te ha dado, o los que provocan malas reacciones en contra de los demás; no deben tener un espacio en tu mente…

Debes hacer como hace un policía con un ciudadano sorprendido en una falta: Lo toma preso, lo lleva ante la autoridad para que haga lo que corresponda…

Así tomamos los pensamientos que sorprendamos rondando en nuestra mente queriendo robar la tranquilidad que Dios nos ha dado: lo tomamos preso y lo llevamos ante Cristo diciendo:

«Pensamiento de crítica (por ejemplo) te capturo y te llevo a Cristo para que te sometas a su voluntad… Eres eliminado de mi mente para siempre… Señor Jesús, rindo este pensamiento de crítica y declaro con mi boca que no lo quiero en mi mente y lo rechazo para que nunca más entre allí».

Pide al Espíritu Santo que te ayude a identificar los pensamientos negativos… y a medida que vas ejercitando esta acción, tu mente irá purificándose en el nombre de Jesús.