Puerta abierta para mujeres que avanzan despacio

Hoy quiero dirigirme especialmente a ti, a esa mujer valiente y perseverante que ha estado caminando en fe, aunque a veces puedas sentir que tu influencia y tus dones no brillan tan intensamente como los de otras. Hoy yo vengo a decirte que hay una puerta abierta para mujeres que avanzan despacio, como yo, y posiblemente tú también.

En la Biblia hay una hermosa promesa que Dios tiene para ti y para mí:

«He puesto ante ti una puerta abierta que nadie puede cerrar. Sé que aunque no tienes mucho poder, has seguido mis enseñanzas y no has renunciado a tu fe en mí». Apocalipsis 3:8 DHH

Dios valora todo lo que haces

Es fácil caer en la trampa de compararnos con otras y medir nuestro valor conforme a nuestros logros visibles. Pero este versículo nos recuerda que Dios valora cada paso que damos en obediencia a sus enseñanzas y en fidelidad a nuestra fe en Él.

No importa si tus dones espirituales no resplandecen en el escenario principal de la iglesia o si no ocupas posiciones de liderazgo destacadas. Lo que importa es que estás siguiendo a Dios con un corazón sincero y perseverante.

Dios mismo ha trazado una ruta para que la sigas. Cada paso que das, por pequeño que parezca, te acerca más a la puerta abierta que Él te ha preparado. Esa puerta representa oportunidades, bendiciones y nuevos caminos que Dios tiene preparado exclusivamente para ti.

No te preocupes si no estás corriendo hacia la puerta; cada paso que das cuenta, por muy pequeño que tú lo veas. Cada día que decides confiar en Dios y mantener tu fe en medio de las dificultades, estás avanzando hacia esa puerta de bendición.

Puerta abierta para mujeres que avanzan despacio

Dios conoce tus limitaciones y debilidades, y aún así, te invita a entrar en sus planes perfectos. No se trata de cuánto poder o fuerza tienes, sino de cuánto estás dispuesta a depender de Él cada día de tu vida. Tu perseverancia en medio de las adversidades, tu amor por su Palabra y tu deseo de obedecerlo son lo que realmente importa.

Así que, querida hermana, no te desanimes si sientes que tu influencia es limitada o que tus dones no son tan notables como los de otras. Eres una hija amada de Dios, y Él tiene una puerta abierta de bendición esperándote.

Sigue caminando en fe, sigue dando esos pasitos de obediencia y confianza, porque el Dios que ha prometido nunca cerrar esa puerta está contigo en todo tiempo y circunstancia. Acércate a esa puerta abierta para mujeres que avanzan despacio, porque seguramente el Señor te sorprenderá cuando llegues a ella.

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Por último

Que este versículo sea un recordatorio constante de que tu fe, tu amor y tu obediencia no pasan desapercibidos para Dios. Él te ve, te valora y está guiando cada uno de tus pasos hacia la puerta de oportunidad que ha preparado para ti.

¡Ánimo, valiente mujer de fe! Tu caminar fiel es un testimonio que inspira a otros, y Dios tiene cosas maravillosas reservadas para ti.

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Con amor, de parte de Dios, tu amiga,

Lidia E. Cames

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