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4 septiembre, 2017Una promesa de consuelo
15 septiembre, 2017Hoy quiero hablarte de una verdad poderosa: somos escogidas por Dios. No somos una casualidad, ni un accidente en su plan. Dios, en su infinita sabiduría y amor, nos ha elegido y nos ha ungido con un aroma muy especial, el perfume de alegría. El fundamento para este mensaje está en el siguiente versículo:
«Tú amas la justicia y odias la maldad; por eso Dios te escogió a ti y no a tus compañeros, ¡tu Dios te ungió con perfume de alegría!». Salmo 45:7 NVI
Desde el momento que decidimos entregarle nuestra vida a Cristo, estamos eligiendo la rectitud que a Dios le agrada y le damos la espalda a toda clase de maldad.
Y es aquí donde viene la promesa hermosa de este versículo: cuando amamos la justicia y odiamos la maldad, Dios nos regala este delicioso perfume. No se trata de una felicidad pasajera que depende de las circunstancias, sino una constante fuente de gozo que viene de saber que estamos en línea con el corazón de Dios y caminamos en integridad y sinceridad con Él.
Aplicación práctica del perfume de alegría
Un ejemplo claro para aplicar la alegría que Dios nos da, es cuando hacemos lo correcto delante de Dios quizá esperemos tener un reconocimiento, un agradecimiento cálido o algo que nos motive a seguir haciendo el bien. Sin embargo, no siempre es así, algunas veces podrías sufrir algunos reveses. En esos momentos es cuando necesitamos poner a funcionar el gozo que Dios ya puso en nuestro corazón. Cuando recibimos mal por bien, nos toca recordar que no nos conviene perder la alegría que nos da seguir las instrucciones divinas.
¿Cómo podemos alegrarnos si nos lastiman a cambio de hacer lo bueno?
Desde el momento que decidiste amar lo bueno y aborrecer lo malo, Dios te ungió con perfume de alegría. Toma esto en cuenta cada vez que alguien te ofenda con su conducta. Elige el gozo de Dios y no la tristeza del mundo. Alégrate porque tu decisión de actuar en justicia te hace estar dentro del favor de Dios.
Perdona y desecha cualquier sentimiento o emoción negativa que te salga al paso. Bendice a tus agresores y ora por ellos.
El Señor te ha ungido con más alegría que a los que te causan daño. Él te ha elegido para llenarte con su gozo. Eres privilegiada con una dosis mayor de contentamiento que tus compañeros.
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Conclusión
Recordemos que hemos sido escogidas por Dios. No permitamos que las dificultades nos roben el gozo que Él ha derramado en nuestros corazones. Cultivemos una relación íntima con nuestro Señor, buscando su justicia y apartándonos de la maldad. Vivamos cada día con la seguridad de que somos amadas y ungidas por Dios, y que su alegría es nuestra fuerza.
Cada mañana, al levantarnos, tomemos un momento para agradecerle a Dios por habernos elegido para llenarnos de su gozo. Que este perfume de alegría no solo nos envuelva a nosotras, sino que se extienda a todos los que nos rodean, transformando nuestro entorno con la fragancia del amor divino.
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Que el Señor te bendiga con más de su gozo, tu amiga,
Lidia E. Cames
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