No temeré ningún mal

A toda hora es bueno determinar: «No temeré ningún mal, porque Dios está conmigo».

Cualquiera que sea tu situación difícil, tu camino oscuro, tu tiempo de sombras o los lugares peligrosos que atravieses, Dios siempre será tu lugar seguro, será el motivo que te llene de valor echando fuera el miedo de tu vida.

El salmista lo dejó escrito en la Biblia:

«Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento». Salmo 23:4

Esta es una palabra para confesarla con fe y en voz alta, cada vez que el temor amenaza tu vida. Cuanto más la proclamas, más se va impregnando en tu corazón para creerla profundamente.

Si empiezas a sentir ese cosquilleo del miedo, el temblor en las rodillas o la sudoración en tus manos, ese es el momento justo para elegir esta promesa.

Confiésala para construir tu fe en esta área.

Yo decido que no temeré ningún mal

Te animo a que creas con todo tu corazón esta promesa. Ten la seguridad de que el Señor está contigo en todo momento, siempre está cuidándote, guiándote y protegiéndote.

Confía en que no sufrirás ningún daño. El cuidado amoroso de Dios te ayudará a atravesar este tiempo de prueba, no te sueltes de su mano.

Quizá ahora mismo te estás enfrentando a situaciones que se escapan de tu control. Seguro que el enemigo está aprovechando para sembrar temor en tu corazón.

Pero es el momento de decidir que el temor no te va a dominar, sino que tomarás aliento con las promesas de Dios y la ayuda del Espíritu Santo.

Si la estás pasando muy difícil, te ayudará mucho pensar en cómo sería si Él no estuviera sosteniéndote con su poderosa mano.

Sólo tienes que creer y ser muy valiente, declarando con fe esta promesa hasta que se haga una realidad en tu corazón. Abre tu boca para establecerla: «No temeré ningún mal, porque Dios me sostiene y me acompaña siempre».

Lee también: «5 razones que Dios te da para no tener miedo«.

Amiga bella, comparte este mensaje porque seguramente a alguien más le va a bendecir. Si me dejas un comentario, me gustará mucho saludarte. Que Dios te llene de su poder cada día, tu amiga,

Lidia E. Cames

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