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4 diciembre, 2023Amiga bella, hoy vamos a fortalecer nuestra fe con un versículo bíblico que se ve como un conjunto de palabras muy simples, pero que, en realidad, tienen un significado más profundo de lo que parece. Sin lugar a dudas este pasaje es la promesa de un Dios proveedor, que nos invita a depositar nuestra confianza Él, y recordar siempre que sin importar cuáles sean nuestras necesidades, podemos confiar en nuestro Buen Pastor va a proveer.
En la Biblia se encuentra esta escritura, que ha servido de consuelo a muchísimas mujeres cristianas a lo largo de la historia, desde que el rey David lo cantó a Dios por primera vez. Dice así:
«El Señor es mi pastor, nada me faltará». Salmo 23:1
Me gustan estas otras versiones que nos ayudan a ver este versículo como una realidad en nuestra vida cuando estamos en medio de la escasez. Por ejemplo:
«El Señor es mi pastor, tengo todo lo que necesito». NTV
«Tú, Dios mío, eres mi pastor; contigo nada me falta». TLA
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La promesa de un Dios proveedor
Lo que sea que necesitemos, según las circunstancias que nos toquen en distintos momentos, esta promesa nos dará la seguridad de que el Señor te dará lo que haga falta. Por ejemplo:
Provisión. Quizás hoy enfrentemos desafíos financieros, sintiendo la presión de las deudas o la necesidad de cubrir gastos básicos. En esos momentos, recordemos que Dios conoce nuestras necesidades y promete proveer. No estamos solas en nuestras luchas diarias; el Señor es el proveedor fiel que cuida de cada detalle de nuestras vidas.
Consuelo. Puede que tu corazón anhele alivio en medio de la angustia, tristeza o desánimo. En esos momentos, confía en que el Señor se encargará de llenar esos vacíos. Su amor incondicional y su gracia son bálsamos para el corazón herido. Así que, no temas acercarte a Él con tus cargas emocionales, confiando en que encontrarás consuelo en Su presencia.
Sanidad. La sanidad física también está bajo Su autoridad. Si te encuentras luchando contra una enfermedad, recuerda que Dios es tu Sanador. Su poder restaurador es capaz de traer salud y bienestar a tu cuerpo. A través de la fe y la oración, podemos buscar su toque sanador y confiar en su plan divino para nuestra salud.
Fortaleza. En los momentos de prueba y dificultad, anhelamos fortaleza para enfrentar el desierto. El Señor no solo provee, sino que también fortalece. Cuando te sientas débil, recuerda que en Él encontrarás nuevas fuerzas. Su gracia es suficiente para llevarte a través de cualquier desierto y otorgarte la fortaleza necesaria para superarlo.
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Conclusión
Sin importar cuáles sean tus necesidades hoy, puedes confiar en la promesa de un Dios proveedor. Presenta tus cargas ante Él, porque al afirmar tu fe en su Palabra, seguro que te bendecirá y te proveerá.
Oramos:
«Dios misericordioso, en este momento te entregamos nuestras cargas y necesidades. Confiamos en tu amor incondicional y en tu poder para proveer, consolar, sanar y fortalecer. En tu mano encontramos bendición, y en tu fidelidad, encontramos paz. Amén».
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Que la provisión de Dios siempre sea oportuna en tu vida, tu amiga,
Lidia E. Cames
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