¿Hacia dónde pones tu mirada?

Amiga, siempre que andas por la calle o cualquier otra parte, es necesario que te fijes bien hacia dónde pones tu mirada.

Porque podría suceder que si te enfocas en el lugar equivocado, caigas al suelo y te ensucies la ropa o en el peor de los casos, salir lastimada.

Y esto también puede aplicarse muy bien a nuestro caminar con Dios, es decir a nuestra vida espiritual.

Hoy quiero hablarte de este versículo que llamó mucho la atención:

«Siempre dirijo mis ojos al Señor, porque él me libra de todo peligro». Salmo 25:15 DHH

Entonces, ¿hacia dónde pones tu mirada?

Cuando vas por un camino donde hay oscuridad, hoyos, piedras, lodo, o algunos bichos; tu mirada estará fija hacia abajo, para ver bien dónde poner el pie, hasta te inclinas un poco para ver bien, así no tropiezas y caes.

Así que te cuidas mucho de lo que hay en el suelo que vas pisando. 

Pero caminar con el Señor es diferente: Si te toca vivir un tiempo difícil, con problemas, escasez, aflicciones o tormentas familiares necesitas levantar tu mirada para verlo a Él. En el sentido espiritual, ver hacia abajo significa ver las dificultades, también quiere decir  enfocarse en las posibilidades y en nuestras fuerzas.

Vengo a decirte de parte de Dios que no puedes detenerte abajo contemplando las circunstancias; porque eso debilita tu fe. Tu mirada debe estar hacia arriba, en el único que puede darte fortaleza. Dios es quien te va a salvar de todos los peligros y acechanzas que hay en tu contra.

Pon tu mirada en Jesús

Poner tu mirada en el Señor significa que solamente vas a creer, a pensar, a hablar y a soñar en lo que Él tiene para ti. Cree sus promesas. Piensa sus promesas. Habla sus promesas. Sueña con sus promesas y vívelas, mi amiga.

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Él no dejará que tú tropieces y caigas. Te sostendrá para que ninguna cosa que el enemigo esté tramando para dañarte tenga resultados.

Amiga, cuida hacia dónde pones tu mirada. No la bajes y mantén tus ojos puestos en Jesús, de ahí es donde nace y se multiplica la fe.

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Deseo que Dios sea siendo el enfoque de tu vida, tu amiga,

Lidia E. Cames

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