Mi amado es mío
26 marzo, 2015La sabiduría de Dios está en Cristo
27 marzo, 2015Cuando Dios nos dice que hablemos con sabiduría, quiere decirnos que debemos llevar la sabiduría que Él nos da, al nivel de las palabras.
Las cazadoras de promesas somos sabias en nuestra manera de reaccionar, pero también en la forma en que hablamos.
¿Qué significa tener sabiduría en tu boca?:
Necesitamos tener palabras sabias, buenas y de edificación para nosotras y para nuestras familias.
Porque la Biblia dice que lo que nosotras hablemos serán como semillas que darán frutos más adelante. Y siempre cosecharemos lo que sembramos.
«La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias». Proverbios 18:21 NTV
Entonces, hablemos con sabiduría
¿Cómo puedo tener palabras sabias?
Primero, empecemos a proclamar el versículo que nos ocupa en esta reflexión:
«Mi boca hablará con sabiduría y mi corazón con inteligencia». Salmo 49:3 PDT
Hazlo en voz alta varias veces al día, es decir siembra esas semillas de la Palabra de Dios en tu corazón, para que a su tiempo empieces a cosechar el fruto.
Segundo, determina hoy que de tus labios siempre broten palabras de bendición y que esta firme decisión te acompañe siempre. Que tu plática siempre sea con expresiones sabias, porque tu Dios es sabio y de Él recibes la sabiduría.
Pide ayuda a Dios en este punto, y te aseguro que el Espíritu Santo estará pronto recordándote que tus hablar debe ser con sabiduría.
Tercero, llénate de los pensamientos de Dios, medita en la voluntad de Dios para cada situación que se presente hoy. Es necesario que leas la Biblia, porque ahí es donde están expresados todos sus pensamientos y su voluntad buena, agradable y perfecta.
Cuando tu mente esté llena de reflexiones inteligentes, entonces tu boca se abrirá para bendecir a todos los que están cerca de ti con la sabiduría que Dios te ha dado.
Te ayudará mucho leer: «Controla tus pensamientos«.
Por último, si crees que no tienes sabiduría, pídesela a Dios porque Él ha prometido que te la va a dar abundantemente y con mucho agrado (Santiago 1:5).
Conclusión
Amiga preciosa, te animo una vez más a que hablemos con sabiduría divina. Nos toca hacerlo de forma intencional para que cambiemos nuestros hábitos de plática.
Renunciamos hoy a hablar mal de las personas, a pronunciar palabras que ofendan. Rechazamos toda palabra negativa de nuestra mente y de nuestra boca, en el nombre de Jesús.
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Deseo que Dios te bendiga abundantemente en todo, tu amiga,
Lidia E. Cames
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1 Comment
Lidia, tenemos un grupo de mujeres que están conociendo a Dios, y me ayudan un montón tus publicaciones. Las gravo en audios y a sido de gran ayuda para ellas. Gracias