Cómo perfeccionar la fe mirando a Jesús
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22 julio, 2024Yo creo que no hay una sola persona que no quiera ser bendecida. Todas anhelamos la bendición de Dios, porque deseamos vivir bien. Y eso es muy válido, porque la única fuente de toda clase de bien que debemos buscar es Dios; pero hoy hablaremos acerca de el propósito divino de la bendición para nosotras.
La motivación de Dios para bendecirnos es su compasión y su bondad, así como lo dice en el versículo bíblico de hoy:
«Que el Señor tenga compasión y nos bendiga, que nos mire con buenos ojos». Salmo 67:1 DHH
Y en el siguiente versículo es donde podemos ver cuál es el propósito que Dios tiene para derramar bendición a sus hijas:
«Para que todas las naciones de la tierra conozcan su voluntad y salvación». Salmo 67:2 DHH
Dios nos bendecirá porque nos ama. Su voluntad es bendecirnos y darnos salvación; pero Él desea que el mundo lo conozca como un Dios bueno que bendice y que desea dar la salvación a todos.
El propósito divino de la bendición
Es cierto que queremos vivir bien y que la vida puede ser más agradable cuando disfrutamos la gracia y el favor de Dios. Pero si nos quedamos con esta única razón estaríamos actuando de manera egoísta, pensando solamente en nuestra comodidad.
Necesitamos recordar siempre que la bendición de Dios sobre nosotros debe ser un testimonio de quién es nuestro Dios. A través de nuestra vida bendecida el mundo lo conocerá.
Es necesario que el mundo se entere de quién es nuestro Padre, que sepan que Él es un Dios bondadoso y deseoso de bendecir siempre, que conozcan al Dios que salva, sana y restaura.
El favor de Dios en nuestra vida se nota y no se puede esconder, Dios lo hace así porque su propósito es que todos los que nos vean sepan que todo lo bueno viene de su mano.
Si hasta ahora tú has pedido bendición solamente para tu propio bien, te animo a que hoy empieces a cambiar la motivación de tu corazón y pienses en cuántas personas conocerán a Dios y le glorificarán al ver su bendición en tu vida.
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Oramos:
“Padre Dios, gracias porque en tu misericordia y bondad tu mayor anhelo es bendecirme. Hoy entiendo que esa bendición sobre mí es para que las personas te conozcan a través de mi vida.
Te pido perdón por las veces que te he pedido la bendición de manera egoísta. Gracias por perdonarme y mostrarme cuál es el propósito divino de la bendición tuya, Señor. Desde hoy te prometo que disfrutaré todo lo bueno que me das, pero al mismo tiempo dispongo mi corazón para mostrarle al mundo quién eres tú, mi Dios.
Hoy te pido que me bendigas y me muestres tu favor, ayúdame a reflejar tu gloria. Deseo que la bendición que tú me des sea el motivo de que tu reino sea extendido en esta tierra. Te lo pido en el nombre de Jesús”.
Amiga querida, estoy segura que a partir de hoy tendrás una nueva actitud a la hora de pedir la bendición de Dios. Él se gozará en bendecirte más, y así serás una fiel portadora del conocimiento de Dios al mundo.
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Que la bondad y la bendición de Dios esté contigo, tu amiga,
Lidia E. Cames
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