Después de obtener nuestra salvación cuando creemos en Jesús, estamos llamadas para alcanzar la perfección de Cristo. No hay que desesperarse si notamos que no estamos caminando hacia esa perfección.
La Palabra de Dios nos orienta:
«No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro sólo en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús». Filipenses 3:13-14
Dios te ofrece un premio: una vida victoriosa aquí en la tierra, y te prepara para la vida que tendrás en la eternidad con Él.
Entonces, la perfección empieza en esta vida y se terminará el día que Jesucristo regrese.
Esta Palabra de Dios te da sugerencias muy importantes para seguirlas:
3 acciones para alcanzar la perfección de Cristo
1.- Olvida el pasado. Para disfrutar de este premio que Dios te da por medio de Cristo es necesario que dejes atrás todo lo pasado. Fija tu mirada en lo que está por venir.
Renuncia a todo lo que te ha hecho daño y atiende a la mano de Dios que se extiende para sanarte.
Perdona todo lo que te ofendió y abre tu corazón para que el amor de Dios lo restaure.
Tal vez tuviste muchos logros, triunfos que te hicieron sentir que eras buena… O ganaste aplausos que todavía suenan en tus oídos.
El pasado sólo te regresa al mismo lugar, así que suelta todo eso ante la cruz. Deja todo eso. Lo bueno y lo malo. No permitas que el pasado te robe el gozo de ser una nueva persona en Cristo Jesús.
2.- Mira hacia el frente. Extiende la mirada a las promesas que están por llegar. Necesitamos poner nuestra mirada en el premio que Dios nos promete.
Todas sus promesas nos llevan hacia adelante, por eso fijemos ahí nuestra atención en toda circunstancia.
El premio mayor no está al inicio de nuestros días en esta tierra, sino al final de nuestra vida: la vida eterna.
3.- ¡Avanza! No te detengas… Da pasos de fe: Hay maravillas que esperan para darte una vida vibrante y llena de cosas hermosas… Esto es algo que se logra primero con una decisión de tu parte, y luego con la ayuda de Dios.
No confíes en tus esfuerzos, eso no vale. Lo que importa es que confíes en Dios que es el que te sostiene y te ayuda.
Seguro que también te gustará: Mira hacia adelante
Oramos:
“Señor, decido hoy soltar mi pasado: mis faltas, mis culpas, mis dolores, mis heridas, mis logros y mis coronas. Todo lo entrego a ti para poder recibir el premio que tú me ofreces.
Deseo experimentar cosas nuevas cada día. Ayúdame a fijar mi mirada en el camino que me falta por recorrer.
Quiero vivir de una manera diferente. Ayúdame a alcanzar la perfección de Cristo en mi vida. Voy a dar pasos de fe y obediencia, ayúdame a vivir como tú quieres que yo viva. En el nombre de Jesús”.
Querida amiga, finalmente te animo a esforzarte para que no pierdas tu premio. Esfuérzate y sigue adelante dejando atrás lo que ya pasó. Hoy es una nueva oportunidad para ser más como Cristo.
Con amor, tu amiga y hermana,
Lidia E. Cames
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CON CRISTO VOY AVANZANDO. AMÉN.