Aunque no pueda ver Dios está obrando

Me agrada mucho el canto que dice que aunque no pueda ver Dios está obrando. Realmente me invita a creerlo con todo mi corazón.

Se aplica muy bien para esas ocasiones en que estás pidiendo a Dios por algo y parece que Dios se tarda para responder. Es más, de repente parece que Dios ni nos escucha.

Esa situación puede llevarnos a dudar de Dios, o a sufrir debilidad en nuestra fe; entonces nos alejamos más de la respuesta

Así que nuestro título no es sólo una frase bonita en una canto, sino que es una verdad de la Palabra de Dios.

Tenemos que estar seguras que aunque nuestros ojos no perciban nada, Dios siempre está haciendo algo en nuestras circunstancias.

Por eso hoy te comparto tres versículos que fundamentan esta verdad:

Aunque no pueda ver Dios está obrando

Dios trabaja aunque nuestros ojos no vean nada de lo que estamos esperando de su mano y lo confirma la Escritura:

«Pero Jesús les contestaba: —Mi Padre nunca deja de trabajar, así que yo también trabajo». Juan 5:17 PDT

Si Dios trabaja, me toca tener la fe suficiente para creer que debajo de las circunstancias difíciles está sucediendo algo poderoso.

Tengamos siempre presente que la mano de Dios nunca está quieta, no descansa ni se debilita.

Una fe con la dirección correcta

Otro versículo:

«Y todo el tiempo, de día y de noche, la semilla sigue germinando y creciendo. Pero el hombre no sabe cómo crece la semilla». Marcos 4:27 PDT

Jesús está comparando el crecimiento de su reino con la semilla que un campesino siembra.

Cuando la semilla está bajo tierra, el campesino hace sus quehaceres normales y tiene confianza de que algo está pasando con esa semilla que está bajo tierra, aunque él no lo ve.

El Señor me dice que, de la misma manera, yo debo creer que aunque no pueda ver Dios está obrando.

Amiga linda, hagamos lo que nos corresponde y confiemos en que Él está trabajando en el centro mismo del problema, aunque no sea visible a nuestros ojos.

Está operando en nuestra familia, en nuestros hijos, en nuestro matrimonio, en nuestro corazón; así como en las promesas que nos ha hecho.

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El último versículo:

«Porque mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actuar no es como la suya. Así como el cielo está por encima de la tierra, así también mis ideas y mi manera de actuar están por encima de las de ustedes». Isaías 55:8 DHH

No sé si a ti te pasa, pero a mí me sucedía antes que yo quería ver inmediatamente la respuesta de Dios y el cumplimiento de las promesas. Además de que me imaginaba cómo sería y me hacía mi propio plan.

Entonces me levantaba cada mañana queriendo ver lo que yo quería, y al no verlo, me desanimaba y pensaba que Dios no respondía mis oraciones.

He ido aprendiendo a confiar en que Dios está haciendo su obra aunque no pueda ver lo que Él está haciendo. De pronto, sale a la luz para sorprenderme y maravillarme con su obra.

También he aprendido que debo tener fe en lo que Dios promete, y paciencia para esperar su tiempo perfecto.

Otro conocimiento que he adquirido es que no voy a ver lo que yo pienso, porque lo que Dios tiene en su mente rebasa ¡por mucho! mi imaginación.

Conclusión

Querida cazadora de promesas, pidamos con el corazón lleno de fe que esta Palabra de Dios quede grabada en nuestro ser. De tal manera que siempre confesemos con certeza:

“Yo decido creer que aunque no pueda ver Dios está obrando en mi vida, en mi familia, en mi economía, en mi salud, en mi trabajo y en todo lo que yo necesito”.

Si te bendice este mensaje, no dejes de compartirlo con tus contactos en las redes sociales y dejar un comentario para saber que nos has leído. Que Dios fortalezca tu fe en los momentos difíciles, tu amiga,

Lidia E. Cames

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