El descanso más completo está en Jesús
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5 noviembre, 2015Tres razones para desear misericordia, paz y amor de Dios:
La misericordia, la paz y el amor son tres ingredientes que necesitamos recibir cada día de parte de nuestro Dios.
Nos conviene pedírselos siempre, en oración y con la fe de que eso que estamos pidiendo, lo estamos recibiendo inmediatamente.
En varias ocasiones encontramos en el Nuevo Testamento versículos como este:
«Que la misericordia, la paz y el amor abunden en ustedes». Judas 1:2 RVC
Son regalos muy especiales que Dios nos da a todas sus hijas, y que son más valiosos e importantes que cualquier bendición material que podamos recibir de parte de Dios.
Por esa razón hoy te comparto tres razones para desear y buscar la misericordia, la paz y el amor de Dios:
I.- Por ti misma:
a).- La misericordia de Dios te ayuda a evitar la condenación y la culpa. Cuando entiendes la misericordia de Dios sabes que aunque no merecías nada, ahora eres merecedora del Reino… dejas de tratarte con dureza, no te exiges perfección, no te criticas ni te desprecias. Si tú sabes que Dios te ha aceptado por su misericordia, entonces tú misma te aceptarás, con tus virtudes, tus cualidades, tus fallas y tus defectos.
b).- La paz en tu corazón aleja la preocupación, la ansiedad, las inquietudes; porque la paz sobrenatural de Dios se activa cuando decides creer que Dios está en control de tu vida a través de Cristo Jesús… Cuando entiendes que el Señor no va a permitir que nada te dañe y te sostendrá en todo momento, se terminan las crisis nerviosas y el deseo de controlar las circunstancias para que no te perjudiquen.
c).- Recibir el amor de Dios es esencial para sanar tus heridas del alma, para llenar los vacíos de amor que dejaron las personas indicadas para dártelo (padres, esposo, familia), ahuyenta la soledad y te capacita para recibir el amor de los demás. A veces sucede que aunque alguien te ame mucho, tú sigues pensando que no te ama nada, o que te ama poco. Es porque necesitas llenarte del amor perfecto de Dios.
II.- Por tu relación con los demás:
a).- Con la misericordia de Dios en tu vida es más fácil comprender las imperfecciones de los demás, tu corazón se hace compasivo y con facilidad puedes obedecer el mandamiento de no juzgar a tu prójimo (Mateo 7:1). En lugar de juzgar, comprendes y ayudas.
b).- También es importante tener paz para con los demás, porque evitas peleas en los desacuerdos. La paz te ayuda a desarrollar la paciencia en las situaciones de conflictos y es un elemento importante para la tolerancia a las personas difíciles. La paz de Dios se contagia, apaga los incendios de los temperamentos explosivos.
c).- Cuando el amor de Dios te llena, tú puedes dar de ese amor al que no lo tiene… Te capacita para perdonar al que te ofende y para bendecir al que te maldice, porque el amor de Dios en tu corazón llena todo y no esperas recibir amor de las personas, sino que tú estás conectada a la fuente eterna del amor; por lo tanto, eres un canal por donde el amor de Dios fluye hacia otras personas. Lo mismo sucede con la paz y la misericordia. Tú eres el vehículo que transporta amor, paz y misericordia a quienes no los tienen.
III.- Por el Reino de Dios:
Es imposible tener la misericordia, el amor y la paz de Dios y que el mundo no lo note. Irremediablemente lo percibirá. Te preguntarán la razón por la que actúas diferente a los demás.
Ahí es donde tú darás testimonio de lo que Dios hace contigo cada día. Es tu oportunidad de darle al Señor la gloria, que su nombre sea exaltado a través de tu conducta intachable.
Muchos conocerán a Cristo a través de ti y lo que Dios hace en tu vida. Entonces, el Reino de los Cielos será extendido sobre la tierra.
Con estas tres razones para desear misericordia, amor y paz de Dios, ahora podemos hacer una oración para pedirlas.
Oramos:
“Padre Dios, reconozco que estoy muy necesitada de recibir más y más de tu misericordia, de tu amor y tu paz. Te pido que abundes en mi corazón de estos regalos por mí, por mis semejantes y por tu Reino, Señor. Multiplícalos en mí, derrámalos generosamente sobre mi vida, Padre. Abro mi corazón y recibo en el nombre de Jesús. Yo creo que ahora mismo me estás llenando con todo lo que tú eres. Me declaro un canal de paz, misericordia y amor para todos los que están cerca de mí. En el nombre de Jesús. Amén.”
(Entrada antigua: “Dependiendo de Dios”).
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Que Dios sea tu sostén en todo tiempo, tu amiga,
Lidia E. Cames
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"YO SOY PARTE DEL EQUIPO QUE EXTIENDE EL REINO DE DIOS… AQUÍ EN LA TIERRA" AMÉN.