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25 noviembre, 2024Querida cazadora, muchas veces hemos confesado que confiamos en el Señor cuando tenemos dificultades, pero seguimos teniendo temor o ansiedad. ¿Te ha pasado? Esto significa que no estamos experimentando la alegría de confiar en Dios en nuestra vida.
Primero quiero recordarte el regalo inmenso de la alegría que encontramos al confiar en nuestro Dios. No puede ser posible que sabiendo que tenemos un Dios tan poderoso, que nos ama tanto, sigamos siendo prisioneras de tantas angustias y preocupaciones.
Dios nos llama a vivir en alegría y a confiar en Él con un corazón seguro. Como dice el Salmo 5:11, «que se alegren todos los que en ti confían». Esa confianza en Dios, en su amor y en Su fidelidad, nos lleva a un lugar de paz y gozo donde el temor, la tristeza y la preocupación ya no pueden dominarnos.
La alegría de confiar en Dios
La Palabra nos enseña que, al buscar a Dios, recibimos su alegría: «Pero que todos los que te buscan se llenen de alegría» (Salmo 40:16). No importa la situación que estemos enfrentando, la confianza en Dios nos llena de una paz que el mundo no puede ofrecer.
En esos momentos de sufrimiento, es importante recordar que «en Él se alegra nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre» (Salmo 33:21). Así que cuando declares tu confianza en el Señor, hazlo con el corazón alegre y confiado, recordando que en sus manos todo encuentra propósito y solución.
Este gozo no es una simple emoción, es una decisión diaria. El Salmo 108:1 nos invita a cantar con toda el alma porque nuestro corazón está confiado en Dios. Hoy, te animo a hacer a un lado aquello que intenta robarte el gozo y a mirar al cielo, a buscar al Señor con un corazón lleno de fe y esperanza.
Elige la alegría
Quizás hoy te encuentras con situaciones que intentan robar tu paz y tu gozo. Sin embargo, cuando decidimos poner en Dios nuestra confianza, elegimos también soltar el temor, la tristeza y la angustia, sólo así podemos vivir en la alegría de confiar en Dios. Esto no significa ignorar nuestros sentimientos, sino ponerlos en manos del Señor y creer que Él nos dará la fortaleza para enfrentar cualquier situación.
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Como nos recuerda el Salmo 31:24, «anímense y sean fuertes todos ustedes que confían en el Señor». Hoy te invito a que te animes con el corazón para hacer a un lado todo aquello que apague tu gozo y a abrazar la esperanza que Dios nos ofrece. Aférrate a Él, y verás cómo Su paz inunda tu ser y transforma cada tristeza en un cántico de alabanza.
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Espero que hoy seas llena del gozo de Dios, tu amiga,
Lidia E. Cames
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