Camino al corazón de Dios. Desafío de Salmos
1 agosto, 2021Qué significa vivir por fe y no por vista
16 agosto, 2021Cuando la Biblia dice que los cielos hablan de quién es Dios, nos está diciendo que sin palabras, el cielo tiene su propio lenguaje para nosotros.
Dios nos habla a través del cielo, y todo lo que podemos ver ahí. Dice la Biblia:
«El cielo azul nos habla de la grandeza de Dios y de todo lo que ha hecho». Salmo 19:1 TLA
Siempre que levanto mis ojos al cielo y contemplo el perfecto color azul que tiene, pienso en la grandeza de mi Dios.
Hoy quiero compartirte lo que el cielo me dice a mí acerca de Dios. Me gusta ver el cielo y entender el mensaje que me dice:
«No te preocupes, Dios está contigo a pesar de lo que estés atravesando”.
Ha sido tranquilizante leer este mensaje en el cielo desde hace algunos años.
¿Cómo es esto?
El cielo tiene su propio lenguaje
Algunas veces tiene algunas nubes blancas que podrían ser como las situaciones a resolver cada día, pero complementan la belleza del azul del cielo.
El cielo representa la presencia de Dios. Igual que las pequeñas nubes son parte del paisaje del cielo, las dificultades son parte de mi vida diaria. Dios sigue estando conmigo de forma real.
Otras ocasiones las nubes no son pequeñas y blancas, sino grandes y oscuras. En ese caso busco en el cielo, y en algún lugar se deja ver un espacio, aunque sea pequeño, por donde observo el hermoso azul.
A través de ese pequeño espacio azul, Dios me muestra que en medio de esos problemas grandes y oscuros Él está presente y me muestra alguna solución o un recurso para encontrar paz.
Esta una esperanza que me alienta. Dios me dice: “No te preocupes aquí estoy”.
Otras veces, el cielo está cubierto de nubes grises y no logro percibir el azul. Por más que busco no se logra ver. Sin embargo sé que detrás de esas turbulencias, todavía existe el azul del cielo.
De la misma forma puedo estar segura de que la grandeza de Dios es real a pesar de los problemas que estoy pasando.
Las nubes no serán permanentes. En algún momento las nubes se irán y volveré a contemplar el bellísimo azul celestial que me regala el Señor.
Aquí es donde me toca pararme firmemente en la fe para creer que los problemas no son permanentes, pero la grandeza de Dios sí que lo es.
Aunque no pueda experimentar la presencia de Dios por lo duro de la adversidad, sé que Él está cerca y acudirá en mi ayuda.
Conclusión
Querida amiga, deja que Dios te envíe su mensaje a través del cielo, siempre que lo busques con fe, seguramente que Él te dará su aliento, porque el cielo tiene su propio lenguaje.
Yo te animo a que levantes tus ojos al cielo cuando las situaciones difíciles te rebasen y pidas a Dios que te dé un mensaje a través de lo que ves en el cielo.
No importa el tamaño y el color de las nubes, lo importante es que la presencia de Dios siempre te asegura el bienestar, aunque tengas grandes problemas.
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Que Dios fortalezca siempre tu fe, tu amiga,
Lidia E. Cames
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