Jesús me rindo a ti

La oración más poderosa que podemos hacer cada día es: «Jesús: me rindo a ti». Sobre todo cuando las circunstancias no van como nosotras queremos. Te comparto una oración para rendirle a Dios todo lo que nos mortifica.

Cuando oramos de esta manera, estamos reconociendo que Él es el Rey de nuestra vida, que Él es sabio. También aceptamos que Él siempre tiene lo mejor para nosotras.

Aceptamos como verdadero lo que dice la Escritura:

«En la túnica, a la altura del muslo, estaba escrito el título: “Rey de reyes y Señor de señores”.» Apocalipsis 19:16

Este título le fue otorgado por haber venido a la tierra y regalarnos la salvación a toda la humanidad. Él gobierna sobre todo en esta tierra y en nuestras circunstancias.

También es un hecho innegable la soberanía de nuestro Rey celestial. Es decir, que Él opera de acuerdo a sus propósitos y siempre siguiendo su propio plan para bendición nuestra.

Mi amiga cazadora, te sorprenderás cuando comiences a ver en tu vida los cambios que necesitas. A veces no sucede lo que esperamos, sino lo que Dios desea para nosotras.

Sin embargo, siempre es mucho mejor lo que recibimos de su mano que lo que nosotras deseamos o imaginamos.

Oración: Jesús me rindo a ti

“Mi amado Jesús: tú eres mi Rey de paz. Declaro que tú me gobiernas, eres mi autoridad y tú tienes la última palabra en todo lo que ahora estoy enfrentando.

Mi vida tiene un propósito y todo cuanto yo experimente en ella está permitido por ti, para que se cumpla como tú lo has planeado, Señor.

Aunque no sea de mi agrado lo que estoy pasando, no quiero estar inconforme con lo que tú decidas. Tú determinas lo que es bueno para mí, Señor.

Yo sé que después de esta prueba difícil, viene una grande manifestación de tu gloria a mi vida y mis circunstancias.

Creo que tu voluntad es buena, agradable y perfecta; yo la acepto y te pido que afirmes mi fe para no flaquear entre tanto que me guías a tu propósito.

Jesús: me rindo a ti en este día y te entrego el control de mi mente, de mi boca, de mi corazón y de mi ser entero como sacrificio vivo, santo y agradable.

Te doy la gloria, la honra y el poder. Amén”.

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Créeme cazadora linda, que cuando pones el corazón en esta oración, tus emociones se tranquilizan. Porque Dios te llenará de su paz y gozo entre tanto que trabaja en tu situación.

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Que Dios te abrace en este día con sus bendiciones, tu amiga y hermana en Cristo,

Lidia E. Cames

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