«El Señor es bueno con los que dependen de Él, con aquellos que lo buscan. Por eso es bueno esperar en silencio la salvación que proviene del Señor». Lamentaciones 3:25-26 NTV
No se trata sólo de creer en Dios. Se trata de buscarlo y confiar totalmente en que Él es bueno.
Esto quiere decir que necesitamos aprender a esperar con calma a que llegue a darnos la ayuda.
Principalmente cuando estamos en situaciones injustas debemos confiar en la bondad del Señor y depender plenamente de su justicia.
Esto no es tan fácil, porque en nuestra humanidad, ponemos nuestra confianza en lo visible.
Primero, tendemos a confiar en nuestros recursos y enseguida entramos en acción.
Casi siempre somos nosotras las que nos defendemos con argumentos, con gritos, con golpes o con lo que tenemos a nuestro alcance.
Segundo, nos apoyamos en las cosas buenas que hacemos y creemos que por eso Dios nos va a ayudar.
Dios te dice hoy que esperes en calma, porque vale la pena callar porque Él va a defenderte delante de todos y mostrará lo mucho que te ama.
El Señor es bueno cuando confiamos en Él
El Señor es bueno, pero tú y yo necesitamos confiar en su bondad, para poder vivir en ella.
Él nos atenderá, pero necesitamos confiar totalmente en su gran misericordia para nosotras. Podemos hacer lo que está en nuestras posibilidades, pero siempre confiando en que es Dios quien va a mover todo a nuestro favor.
Si vamos a su presencia poniendo por delante lo buenas que somos y lo mucho que le hemos servido, sólo ganaremos frustración. Necesitamos apelar a sus bondades que son nuevas cada mañana, y que solamente porque Él es bueno y nos ama, actuará para nuestro bien.
El Señor nunca te defraudará, sólo decide depender enteramente de su misericordia. Entre tanto, busca su presencia para que te fortalezca mientras esperas.
Él te abrazará mientras soportas el sufrimiento y vas integrando lo que Él quiere que aprendas de esta situación. Al final de todo tú verás que Dios es bueno.
Amiga, inténtalo una y otra vez, porque esperar en Dios es algo que se tiene que hacer con toda la intención. Depender de Dios es un acto de la voluntad. No es algo que se te da por naturaleza.
No importa lo que estés viviendo ahora, Él es bueno y te mostrará su favor porque te ama.
Seguro te ayudará leer: «Esperar en Dios es una decisión«.
Decide hoy depender de Dios. Confía y espera en Él. Estoy segura que podrás ver su bondad con tus propios ojos.
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Deseo que hoy puedas ver la bondad del Señor, tu amiga,
Lidia E. Cames
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