Alégrate en el Señor tu Dios
29 marzo, 2015Señor abre mis ojos
29 marzo, 2015Uno de los grandes intereses de Dios en nuestro carácter es que cultivemos la paciencia. Escuché a alguien decir:
“Nunca le pidas paciencia a Dios, porque te van a asaltar los problemas, dificultades y toda clase de adversidades”.
Y esto es cierto, porque le pides a Dios paciencia y empiezan a llegar las pruebas. Lo que pasa es que la paciencia sólo se produce cuando aprendes a soportar las pruebas.
También he escuchado que las personas digan: «Yo no quiero paciencia, no me gusta la paciencia».
Mmmm… La Biblia dice otra cosa muy diferente:
«Y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte». Santiago 1:4
Claramente lo dice la Escritura: Nunca seremos perfectas ni estaremos completas hasta que tengamos paciencia.
Así que no se trata de si la deseamos o no, se trata de que debemos buscarla, porque también es parte del fruto del Espíritu Santo en nuestra vida.
Lo dice la Biblia:
«En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, PACIENCIA, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes sobre esas cosas!» Gálatas 5:22-23 NTV
Cultivemos la paciencia
La paciencia no se recibe, se desarrolla y se ejercita en situaciones que no puedes controlar.
El Espíritu Santo te ayuda a tener paciencia cuando tú decides aprenderla. Es a través de las pruebas y tribulaciones, que Dios te da la oportunidad de aplicarla.
Repasemos algunos conceptos:
¿Qué es la prueba?
La prueba es una situación en tu vida que te incomoda y que no está de acuerdo con lo que desea tu parte humana. Dios te permite las pruebas porque su deseo es moldear tu paciencia.
¿Qué es la paciencia?
Paciencia es la capacidad de esperar o de tolerar la adversidad con una buena actitud. Esta buena actitud sólo nace de un corazón lleno de amor, gozo y paz directamente del corazón de Dios.
El propósito de una dificultad es sacar a relucir lo mejor que Dios ha puesto en ti. Esto es, llevar a la práctica la llenura que has recibido del Espíritu Santo, teniendo fortaleza, esperanza y gozo para cultivar la paciencia.
¿Cómo?
Poniendo toda tu confianza en Dios, sin alterarte por lo que veas, oigas o sientas; sino soportando con gozo pensando en la grande bendición que vendrá cuando pase todo.
Hoy te invito a que cultivemos la paciencia. Se logra poco a poco, no se obtiene de un día para otro. Es a través de la práctica que se cultiva esta preciosa virtud.
Para terminar te sugiero que pases tiempo en la presencia de Dios, platicando con Él y recibiendo la fortaleza necesaria para soportar la aflicción.
Oramos:
“Padre Dios, necesito hoy fortaleza de tu mano para poder vivir la prueba con la actitud correcta. Yo deseo que al salir de esta prueba mi paciencia tenga su obra completa y tú me encuentres en perfección e integridad. En el nombre de Jesús. Amén”.
Seguro te ayudará leer: 3 buenas actitudes para enfrentar la prueba
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Que Dios te guarde donde quiera que vayas, tu amiga,
Lidia E. Cames
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AMEN ASÍ ES MI JESUS