Trabajando por tu promesa

Cuando yo leí este versículo sentí en mi interior como si Dios me dijera: «Es necesario que estés trabajando por tu promesa».

Dios permita que te identifiques conmigo, porque esto nos mueve a otro nivel de fe. Una fe que es capaz de permanecer a pesar de que todo esté en contra.

Este es el pasaje bíblico:

«No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas». Hebreos 6:12 NVI

Para desarrollar la fe y la paciencia se requiere de esfuerzo.

Éstas no son virtudes que se den por sí solas. El Espíritu Santo te ayuda, amiga; pero a ti te toca cultivarlas día a día.

Fe y paciencia son desarrolladas en cazadoras esforzadas y valientes que no se dan por vencidas, es decir, las que no se rinden ante ninguna adversidad.

A veces las promesas de Dios no se cumplen porque ya no esperamos nada de Dios. Necesitamos mantener viva la expectativa y no permitir que el tiempo nos desaliente debilitando nuestra fe.

Cómo estar trabajando por tu promesa

Sólo la persona decidida a creerle y perseverar en Él, aunque vea lo que vea, es quien recibe las promesas que Dios le tiene asignadas.

Amiga, toma hoy todas las promesas y sé diligente en creer y esperar… Permanece y no te desalientes. No permitas que la pereza te robe tan grandes y preciosas promesas que Dios tiene para ti en cada área de tu vida.

Conviene mantenerse creyendo y esperando.

Claro que esto requiere de esfuerzo, porque no es fácil decidir creer las promesas cuando las circunstancias te gritan que te desanimes.

Por eso son para los perseverantes y pacientes, no para perezosos ni de doble ánimo.

Necesitamos dar pasos y seguir las instrucciones de la Palabra. Además de no desistir, nos conviene permanecer en la fe y en la esperanza.

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Pase lo que pase, lo que nos beneficia es seguir esperando en el Señor. No abandonemos, porque si retrocedemos no agradaremos su alma, mi amiga (Hebreos 10:38).

Esfuérzate y sé valiente para ir tras las promesas que Dios ha prometido en su Palabra para ti y tu familia. Sigue trabajando por tu promesa y seguro que pronto la tendrás cumplida.

Querida cazadora de promesas, no permitas que se te escape la bendición, tómala hoy porque tu vida será feliz y próspera. Recuerda siempre que Dios está contigo para ayudarte.

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Que el Señor te sostenga con su poderosa mano, tu amiga,

Lidia E. Cames

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