Tener madurez en la fe
7 octubre, 2015Tres principios que aseguran la provisión de Dios
10 octubre, 2015¿Te atreves a creer que serás prosperada cuando no tienes trabajo?
¿Puedes creer que eres sana cuando sientes los molestos síntomas de la enfermedad?
¿Estás segura de que Dios tiene un propósito para la vida de tu hijo cuando lo ves perdido en las adicciones?
¿Crees firmemente que Dios restaurará tu matrimonio cuando ves que tu esposo te sigue siendo infiel?
¿Puedes creer que Dios usará tu vida para su gloria cuando no puedes dejar ese hábito pecaminoso?
¿Eres capaz de dar generosamente creyendo que Dios te dará mucho más de lo que tú das?
¿Te atreves a creer?
Es un gran reto mantenerte creyendo cuando las circunstancias son totalmente contrarias a las promesas.
Pero al fin y al cabo, de eso se trata:
El versículo de hoy nos promete felicidad cuando nos atrevemos a creer cuando no vemos nada.
Amiga bella, si tú puedes hacer todo lo mencionado antes, entonces, eres muy afortunada; porque estás creyendo sin ver… Actuando en fe.
Aprendí de mi pastor esta definición de fe:
«Tú das el paso y Dios pone el piso.»
Esta es la fe que desata bendiciones. Una decisión.
Aunque tú no veas nada con tus ojos naturales, abres bien los ojos de la fe y tú ves las promesas que Dios te da.
Entonces las crees, las proclamas y das el paso: Porque crees, haces lo que sea necesario para ver cumplida la promesa.
Luego empiezas a experimentar lo sobrenatural de Dios.
Por eso es más bendecida la mujer que cree antes de ver.
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La que no exige pruebas antes de creer es la que más recibe los milagros divinos. Ahí está la bendición.
A eso se refería Jesús cuando dijo:
«Benditos los que creen sin verme». Juan 20:29
Antes que Jesús dijera esto a sus discípulos, ya el Espíritu Santo se lo había dicho a María la madre de Jesús, a través de Elisabet su prima:
«Eres bendita porque creíste que el Señor haría lo que te dijo». Lucas 1:45
Llévalo a la práctica:
Declárate bendita creyendo las promesas de Dios para tu vida y tu familia, aún cuando veas que todo es contrario. Confía en Dios y serás bienaventurada.
Claro que no es tan fácil creer de buenas a primeras, necesitamos esforzarnos por poner la fe en práctica.
Empecemos hoy dando el primer paso: Decidamos creer lo que Dios dice cada minuto de este día, a pesar de lo que estemos viendo con nuestros ojos naturales. ¿Te atreves, mujer valiente?
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Pido a Dios que aumente tu fe cada día, tu amiga,
Lidia E. Cames
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