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6 junio, 2023Hoy te voy a contar la historia de una mujer llamada Rizpa: La plegaria silenciosa de una madre. Se trata de una mujer a quien le quitaron la vida a sus dos hijos, para pagar una deuda de honor de su fallecido esposo, el rey Saúl. No los podía sepultar dignamente y tomó una decisión extrema para cuidar de la dignidad de sus hijos, aunque parecía que ya no tenía sentido, pues no había remedio para ellos.
Veremos cómo esta historia se puede aplicar en este tiempo para las madres que sufren por tener hijos que el sistema de la sociedad y la religión dan por perdidos y sin ninguna esperanza. Puedes leer la historia completa en el capítulo 21 de 2 Samuel.
Eran los tiempos del rey David en Israel. Había una sequía de tres años, por lo que el rey le preguntó al Señor la razón de esto. Entonces Dios le dijo que era a causa del finado rey Saúl, quien había intentado exterminar a los gabaonitas que vivían entre ellos. Fue una falta grave delante de Dios porque en el pasado, el pueblo de Israel había hecho un pacto con ellos de no matarlos. Cumplir con un pacto era muy importante que no se podía dejar pasar.
El rey David fue con los gabaonitas para preguntarles cómo podía solucionar este agravio, y así terminar con la sequía que tenía al pueblo en escasez. Ellos pidieron a siete hijos del rey Saúl para sacrificarlos en expiación por la falta cometida. Enseguida le entregó a dos hijos que tuvo con su concubina Rizpa y cinco nietos para que los colgaran en un cerro del pueblo de Saúl. Y aquí es donde empieza la participación activa de esta mujer.
Rizpa: La plegaria silenciosa de una madre
Esta mujer que no es tan popular en la Biblia, sino que su historia está en un sólo versículo, nos deja algunas enseñanzas para todas las madres en la actualidad.
Dice así el versículo:
«Después Rizpa, la hija de Aja y madre de dos de los hombres, extendió una tela áspera sobre una roca y permaneció allí toda la temporada de la cosecha. Ella evitó que las aves carroñeras despedazaran los cuerpos durante el día e impidió que los animales salvajes se los comieran durante la noche». 2 Samuel 21:10 NTV
Después de que sacrificaron a sus hijos, ella no fue a manifestarse en el palacio del rey David, ni hizo tanto escándalo para que le permitieran sepultarlos. La razón por la que fueron ejecutados era de deshonra, por lo tanto, no les daban la sepultura correspondiente, sino que debían permanecer en el lugar donde fueron colgados. Hizo una petición sin palabras. (Por eso el nombre del mensaje: Rizpa: la plegaria silenciosa de una madre).
La Biblia no lo dice, pero lo más seguro es que ella deseaba que los restos de sus hijos no quedaran expuestos a la vergüenza.
Veamos lo que podemos aprender de Rizpa:
5 enseñanzas que nos aporta esta historia
Quizá no estemos en las mismas circunstancias de esta mujer, pero si tienes hijos (de cualquier edad) hay mucho que podemos aplicar. Tal vez tus hijos son señalados por su círculo donde se mueven, o es posible que sean criticados o rechazados por alguna razón. Puede suceder también que la misma familia piense que tus hijos ya no tienen remedio, y eso es equivalente a los hijos sin vida de Rizpa.
Pero seguro que hoy Dios te va a hablar:
1.- Rizpa hizo a un lado todo.
Literalmente se fue a vivir a la montaña. Ella dejó atrás la comodidad de su casa, quizá su trabajo y toda su vida normal que tenía, con tal de ir a cuidar y proteger no sólo los restos de sus hijos, sino también de sus sobrinos.
Esto nos dice que cuando tenemos la responsabilidad de ver por nuestros hijos, nada debe ser tan importante que nos impida tener cuidado de ellos. Ni el trabajo, ni las amistades ni ninguna otra cosa o persona puede ser más importante que los hijos, después de Dios y el esposo. También es importante cubrir a otros hijos que estén pasando por la misma situación que los nuestros.
2.- Puso su dolor sobre la Roca que es Cristo.
La tela áspera que puso sobre una piedra era señal de luto, dolor y/o sufrimiento en la cultura de esa época; y la usaban para vestirse o para acostarse. La roca simboliza a Cristo, la Roca firme donde estamos ancladas, donde nuestros pies están asentados con seguridad.
Cuando el sufrimiento nos invade por la condición de nuestros hijos, lo mejor que podemos hacer es colocar todo ese dolor en el Señor, porque Él traerá consuelo mientras nos dedicamos a hacer algo por ellos. Ahí estaremos seguras, porque Él es nuestra fortaleza en medio de nuestra lucha.
3.- Ahuyentó a las aves de rapiña y las fieras del campo.
En el día espantaba las aves de rapiña y por la noche mantenía lejos a las fieras del campo para que no devoraran los cuerpos de sus hijos. La mayor humillación que podía sufrir una persona sin vida era que los animales se comieran sus restos. Ella no pudo evitar que sus hijos murieran de una forma tan degradante, pero sí se empeñó en mantener el último signo de dignidad que les quedaba hasta ser sepultados.
Lo que significa que a pesar de lo que el mundo o el enemigo diga de nuestros hijos, nos toca defender el valor de ellos. Con nuestras oraciones, consejos, dirección y dedicación podemos alejarlos de lo que pueda dañarlos: mala influencia de amistades, adicciones, críticas, internet, corrientes ideológicas, teléfonos móviles, peligros y hasta de fuerzas malignas espirituales que no les permitan ver con claridad su verdadero valor y propósito.
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4.- Su trabajo duró entre 5 y 6 meses.
Puedo imaginar todo lo que enfrentó en ese tiempo. Pasaría hambre, sed, cansancio, temor o cualquier otra penuria; pero no se dio por vencida. Es posible que haya enfrentado burlas, críticas o ataques de otras personas, pero no se desanimó. Solamente su amor de madre y su confianza en la justicia de Dios la hizo permanecer.
No nos cansemos de clamar a Dios y creerle con todo el corazón. Sigamos enseñando, orientando y amando a nuestros hijos aunque pase el tiempo y no veamos nada. Que no nos importe lo que nuestros ojos vean, o nuestros oídos escuchen; no permitamos que nada nos haga distraernos de nuestro propósito de proteger la integridad y dignidad de nuestros hijos.
5.- La respuesta fue más allá de lo que esperaba.
Cuando el rey David se enteró de lo que Rizpa estaba haciendo, enseguida envió a recuperar los restos del rey Saúl y de su hijo Jonatan, y dio la orden de darles sepultura, junto con los restos de los siete cuerpos que cuidaba Rizpa, en la tumba de Cis el padre de Saúl. Valió la pena el esfuerzo porque no sólo obtuvo una sepultura para sus hijos, sino que tuvieron unos funerales como correspondía a la realeza.
¡Ah! Y lo más importante: La sequía y la hambruna del país no se acabó cuando los ejecutaron. Sólo terminó hasta que le dieron sepultura a los restos de los sacrificados.
Amiga, espera tu respuesta. No importa cuánto tiempo te esté llevando tu clamor por tus hijos, no te canses ni desistas porque cuando el Rey de reyes lo encuentre oportuno, te responderá. Como dice en Efesios 3:20: «Dios tiene poder para hacer mucho más de lo que le pedimos» (TLA).
Lo que ahora estás haciendo por tus hijos tendrá abundante fruto en sus vidas y Dios se glorificará a través de ellos. Esa temporada de dolor y sufrimiento se terminará cuando el Señor venga y haga justicia a favor de tus hijos.
Finalmente
Deseo con todo mi corazón que la historia de Rizpa: la plegaria silenciosa de una madre, te anime y te dé el impulso que necesitas para seguir intercediendo por tus descendientes. Un clamor silencioso que mueva los cielos a favor de ellos y de todas tus generaciones.
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Que Dios conceda las peticiones de tu corazón, tu amiga,
Lidia E. Cames
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2 Comments
En la historia de Rizpa no habla de ella ,de su pasado,de si pecó o no por lo cual murieron sus hijos,está historia se enfoca del punto inevitable para esta madre al perder a sus únicos hijos (creemos eso) este ejemplo nos obliga que no esperemos que pase algo para implorar al Padre por la vida y la salud espiritual y física de nuestros hijos y seres queridos.
LO MAS HERMOSO QUE LEI EN LA VIDA; LLENA DE FE Y ESPERANZA SABIENDO QUE DIOS NUESTRO SEÑOR; RESPONDEFA A MIS PLEGARIAS POR.MI PEQUEÑITA VICTORIA; POR LA QUE TANTO LUCHO PARA QUE DIOS SE GLORIFIQUE EN SU VIDA Y PODAMOS SER TESTIMONIO DE SU BENDICION Y PODER