Con Dios nunca estarás en peligro

¿Alguna vez te has sentido en peligro? Seguro que sí, pero hoy te aseguro que con Dios nunca estarás en peligro, mi amiga. Es cierto que siempre nos enfrentaremos a situaciones que nos provocan temor, por ejemplo:

— Estás sola en tu casa y de pronto te sobresaltas porque parece que escuchaste un ruido…

— Parece que viste algo raro en medio de la oscuridad…

— Vas en la calle y tienes la sensación de que alguien te hará daño…

— O de que algo malo te va a ocurrir…

— Puede ser que sientas algún «presentimiento» de que a alguien de tu familia le va a suceder algo feo…

— Temes que la enfermedad sacuda a tu familia…

Hoy te digo de parte de Dios que todo eso es la obra del enemigo que viene a sembrarte temor.

No aceptes la basura de Satanás. Tú no tienes de qué tener miedo porque tienes la protección del Señor.

Con Dios nunca estarás en peligro

Desecha todas las inseguridades que te persiguen y cree lo que dice la Biblia, que es la Palabra de Dios:

«Vivamos bajo el cuidado del Dios altísimo; […] ni de día ni de noche tendremos que preocuparnos de estar en peligro de muerte. Ni en las sombras de la noche, ni a plena luz del día, nos caerá desgracia alguna». Salmo 91a, 5, 6 TLA

Tú eres hija de Dios y estos miedos, sean reales o imaginarios no corresponden a tu posición.

Dios nos da una protección especial cuando caminamos con Él de su mano.

Ten presente siempre esto: Aunque veas el peligro cerca de ti, no es motivo para entrar en pánico. Dios siempre te está cuidando.

Sólo tienes que declarar con tu boca la Palabra de Dios y creerla para ser libre de esos temores.

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Cuando el enemigo escuche que tú crees en la protección del Dios Altísimo, o cuando le digas en su cara que por el sacrificio de Jesús en la cruz eres hija de Dios; seguro que huirá de ti y se alejará con sus temores a otra parte.

Así que hoy decide creer que con Dios nunca estarás en peligro. Párate firme y declara con fe y valentía:

“Creo y declaro en el nombre de Jesús, que yo vivo bajo el cuidado del Dios altísimo. Ni de día ni de noche tendré que preocuparme de estar en peligro de muerte. Ni en las sombras de la noche, ni a plena luz del día, me caerá desgracia alguna. Amén”.

Finalmente

Querida amiga, seguro que en los comentarios tú podrías sugerirnos otros versículos que hablen de la protección de Dios.

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Deposita toda tu confianza en el Señor y vive feliz.

Con amor, tu amiga,

Lidia E. Cames

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