No luches en tus propias fuerzas

Querida cazadora, si estás agotada de intentar, ya no luches en tus propias fuerzas. El Señor te da una alternativa distinta para la situación que estás atravesando ahora.

¿Cuál es el reto que enfrentas ahora?

¿Tienes temor de volver a fracasar?

Y te repites una y otra vez: “Esta ocasión no puede fallar de nuevo” o “ahora sí tiene que resultar”.

Hoy vengo a decirte de parte de Dios, que dejes de confiar en tus propios planes, en tus fuerzas, en tus recursos, o en tus relaciones. No es así como funciona para una hija de Dios. La Palabra de Dios nos advierte:

«No con ejército ni con fuerza, sinocon mi Espíritu, ha dicho el Señor de los Ejércitos». Zacarías 4:6 RVA

Cuando tus proyectos vienen del corazón de Dios, no conviene fijarse en tus posibilidades, sino en el poder del Espíritu Santo actuando en ti.

Sólo obtendrás la victoria confiando en lo celestial, no en lo terrenal.

Tómate fuertemente de su mano y pídele que todo sea resuelto en el poder de su fuerza y de acuerdo a su voluntad y prepárate para aceptar su voluntad en esa situación.

Confía en lo que Él hará. Con Dios nunca hay fracasos. Él siempre actúa para tu bien.

Una oración para que no luches en tus propias fuerzas:

“Señor, reconozco que he confiado en los recursos que tengo a mi alcance en lo natural. A veces he confiado en determinadas personas. Perdóname por olvidarme que nada de lo que yo haga va a resolver mi situación si no está de acuerdo a tus planes.

He tomado algunas decisiones confiando en mi propio criterio. Perdóname porque algunas veces he dado por sentado que lo que yo deseo es tu voluntad.

Hoy comprendo que eres tú quien va a intervenir con poder sobrenatural en el momento en que ponga toda mi confianza en ti.

Así que determino dejar de confiar en mis esfuerzos y recursos, no voy a ir más allá de mis fuerzas. Voy a hacer lo que está a mi alcance, pero lo demás lo dejaré en tus manos.

Decido confiar en tu poder y misericordia hacia mí. Quiero que tu voluntad sea hecha y no la mía. En el nombre de Jesús”.

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Que el Espíritu Santo sea tu motor siempre, tu amiga, 

Lidia E. Cames

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