Fortaleza y valentía
18 mayo, 2015Dios vive en medio de ti
18 mayo, 2015Te comparto una oración de entrega a Dios aunque te falte lo que necesitas para vivir. Aprendamos a declarar con nuestra boca: «No importa, yo alabo a Dios».
Para ilustrarlo te cuento una historia:
Había un hombre humilde y muy fiel a Dios que trabajaba con el dueño de un rancho. Él caminaba descalzo muchos kilómetros para ir a la iglesia a los servicios.
Su patrón era incrédulo y no le agradaba que su peón fuera a la iglesia. Así que le prometió comprarle unos zapatos a cambio de que dejara de ir a la iglesia.
El trabajador aceptó el trato, pero una vez que tuvo los zapatos, no pudo resistirse y se fue muy feliz a la iglesia para dar gracias a Dios.
A su regreso, el patrón le reclamó por no haber cumplido el trato y le quitó los zapatos nuevos.
Lo maravilloso de todo esto fue que este hombre entregó los zapatos con gozo diciendo: «¡Con zapatos y sin zapatos, yo seguiré alabando a Dios!
Este hombre puso en práctica lo que dijo el profeta:
«Entonces me llenaré de alegría a causa del Señor mi Salvador. Le alabaré aunque no florezcan las higueras ni den fruto los viñedos y los olivares; aunque los campos no den su cosecha; aunque se acaben los rebaños de ovejas y no haya reses en los establos.». Habacuc 3:17,18 DHH
¿Podríamos hacer lo mismo tú y yo en este día?
Yo alabo a Dios con esta oración:
«Aunque ahora todo sea contrario a lo que tú me prometiste, Señor…
«No importa que mis emociones se alteren en esta espera…
«Si me faltara el mismo aire para respirar…
«Con todo eso, mi Dios…
«Yo te prometo que voy a alabarte con alegría. Voy a proclamar tu poderío…
«Me humillo a tus pies y me regocijo en ti… me gozo en tu presencia; porque tú eres quien me salva, quien nunca me abandona.
«Tú nunca dejas ninguna de tus promesas sin cumplir. Ninguna de tus palabras caen a tierra.
«Celebro con todas mis fuerzas lo que estás por hacer en mi vida… Festejo antes de recibir mi milagro, porque tengo la plena seguridad de que tú eres el Dios de mi salvación.
«Te amo mi Señor y Rey».
Lo verdaderamente importante es que en toda circunstancia, por muy difícil que sea, decidamos alabar al Dios de nuestra salvación. Seguramente muy pronto estaremos disfrutando de la bendición.
Lo más hermoso de todo es que aún en la necesidad, nosotras tendremos alegría y contentamiento.
Dios no nos dejará sufrir algo que no podamos soportar. Practiquemos la alabanza en medio de la escasez y veremos los milagros de Dios en nuestra situación.
También te bendecirá leer: Me gozaré en el Señor mi Dios
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Lidia E. Cames
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4 Comments
AMEN HERMANA LIDIA GRACIAS POR TU PALABRA LA ESTOY NECESITANDO!!!! GLORIA A SU NOMBRE ALELUYAAAAAA!!!!!
Saludos querida Elena! La Palabra de Dios siempre es oportuna, Él es muy bueno… Un abrazo!?
Bendiciones Excelente enseñanza que viene de lo Alto Grande es Dios y sus maravillas
Hola Karina! Gracias por comentar… Mil gracias por leernos, esperamos seguir siendo de bendición para ti. Un abrazo!