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19 julio, 2023¡Hola hermosa cazadora de promesas! Hoy quiero compartir contigo un mensaje especial que viene directamente de la Biblia y que nos habla de una promesa poderosa que Dios tiene para nosotras. Quizá nunca antes pensaste que tú puedes ser parte de ese grupo de mujeres inquebrantables que el Señor está levantando para su gloria.
La promesa de la Palabra de Dios dice así:
«Te haré inquebrantable como el diamante, inconmovible como la roca». Ezequiel 3:9 NVI
Imagina un diamante, una piedra preciosa que no solamente es brillante y hermosa; lo más asombroso es que es súper fuerte y muy resistente, es decir que difícilmente se rompe. ¿Qué es lo que le da esa belleza y dureza al diamante?
Originalmente el diamante es un carbón. Sólo que ha pasado por un proceso que puede durar millones de años y ha sido sometido a condiciones extremas de calor y presión. Así es como se transforma un material ordinario como el carbón en una gema extraordinaria.
Ahora piensa en una roca, ¿verdad que es tan firme que no se mueve? Pueden azotarla las olas del mar, los fuertes vientos y ellas permanecen en el mismo lugar. Nada puede debilitar la firmeza de una roca: ni el tiempo, ni la erosión.
Mujeres inquebrantables: Promesa de Dios
De la misma manera que el diamante y la roca, Dios quiere hacernos fuertes y firmes en todas las situaciones. Por esa razón es que permite que en nuestra vida hayan dificultades y pruebas que duelen. Pero tenemos la confianza de que Dios nos da la fuerza para resistir lo que venga y no dejar que nada nos debilite.
Puede ser que en la vida enfrentemos cambios difíciles, críticas o problemas, pero con Dios a nuestro lado, podemos tener fortaleza para permanecer firmes y que nada nos derrumbe. Él nos da el poder para ser valientes y seguir creciendo, ¡es maravillosa su promesa!
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Sólo recordemos que todo lo que nos suceda es con la finalidad de hacernos mujeres inquebrantables como el diamante e inconmovibles como la roca. El proceso puede tardar mucho y ser doloroso, pero al final seremos joyas brillantes, resistentes y firmes en la mano de nuestro Dios.
Querida amiga, mantengamos esa fuerza interior, como el diamante y la roca, con la promesa que Dios nos ha dado. ¡Así brillaremos en todo momento y mostraremos al mundo el amor y la fuerza que Él ha puesto en nosotras! ¡Vamos, seamos mujeres inquebrantables para la gloria de Dios!
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Que la fuerza de Dios te sostenga en todo tiempo, tu amiga,
Lidia E. Cames
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1 Comment
Amen, amen poderosa palabras. Gracias por compartirla