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19 abril, 2022Seguramente que como cristiana tú ya has escuchado acerca de las siete palabras de Jesús en la cruz. Estas son las únicas expresiones que Él dijo en medio del proceso de ser crucificado.
Podemos tomar estas frases solamente como información de lo que sucedió en aquel tiempo. Pero también tomamos enseñanzas sencillas para aplicar a nuestra vida.
Todo lo que Jesús hizo durante su paso por esta tierra tiene la finalidad de enseñarnos algo, Él es el Maestro que enseñó con su ejemplo. Así que hay mucho para aprender aún en el sufrimiento de la cruz.
Quiero contarte mi punto de vista personal y lo que yo puedo percibir, sin pretensiones de palabra profética profunda, sino desde la sencillez con que mi corazón puede entender.
Antes, debo recordarte que en este acto de entrega, el Señor Jesucristo, nos dio el más bello de los regalos que podemos recibir: perdón, sanidad, salvación y vida eterna. Él pagó con su sangre la deuda que a nosotras nos tocaba pagar
Lo dice la Biblia:
«Pero Él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotras estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados». Isaías 53:5 NTV
Y mientras estaba en la cruz nos dejó estas siete frases que fueron los últimos mensajes antes de morir crucificado.
Las siete palabras de Jesús en la cruz
Primera:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Lucas 23:34
Este es el más grande ejemplo de perdón que podemos tener. No existe nada que no podamos perdonar. Si Jesús extendió perdón mientras lo clavaban en la cruz, no entiendo qué será lo que tú y yo no podamos perdonar. Perdonemos todo y a todos.
Segunda:
«De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso». Lucas 23:43
Esta es la aceptación inmediata al clamor por misericordia de un malhechor que estaba crucificado a su lado. Nos revela la disposición que tiene el Señor para aceptarnos en cuanto reconocemos que Él es el Rey de reyes.
Tercera:
«Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre». Juan 19:26-27
Jesús se ocupa de encargar su madre biológica a Juan, al discípulo que más amaba, porque físicamente ya no estaría para hacerlo. Al mismo tiempo que recomienda a María que viera a Juan como si fuera su propio hijo. Esta Palabra nos enseña el cuidado de los padres hacia los hijos y viceversa, sin importar las circunstancias.
Cuarta:
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Mateo 27:46
Realmente Jesús se sintió solo y abandonado ahí en aquella cruz. Imagínate si no fue así cuando estaba cargando con todos los pecados de todo el mundo en todos los tiempos. Y no es que el Padre lo hubiera abandonado, sólo se alejó de Jesús a causa de los pecados de la humanidad. Cuando sufrimos creemos que Dios no está con nosotras, pero la verdad es que sólo espera que clamemos a Él así como Jesús lo hizo en la cruz.
Quinta:
«Tengo sed». Juan 19:28
Jesús sintió sed física en la cruz. Estaba desangrado, deshidratado y débil, por lo tanto es natural que haya sentido sed. Debido a eso le dieron a beber vinagre con hiel. Pero esa sed también significa la necesidad que sentía por salvar a la humanidad. Un deseo de amar, perdonar y reconciliar al mundo con Dios.
Sexta:
«Consumado es». Juan 19:30
Esta frase fue después de que le acercaron la esponja con vinagre con hiel para que lo bebiera. Se puede entender como que ya había bebido suficiente para saciar su sed. «Consumado» significa «terminado»; por eso el significado del cielo fue que el plan de salvación estaba completo. Además de que su propósito en la tierra ya estaba cumplido. Nosotras ya no tenemos que hacer nada, Él ya lo hizo todo, lo pagó todo para salvarnos; sólo nos corresponde creerlo.
Séptima:
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Lucas 23:46
Aunque se había sentido desamparado, Jesús sabía que el Padre estaba con Él, porque estaba siguiendo su plan. Por eso cuando supo que iba a morir, tuvo la confianza de poner su espíritu en sus manos. Esto nos enseña que a pesar de lo accidentada que pueda ser nuestra vida, al llegar al final de ella, confiemos en que nuestro espíritu va directamente al corazón de Dios. Nos ayudará a perder el temor a esa hora en que tengamos que entregar nuestro aliento al Señor.
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Querida amiga, meditemos en este tiempo en todo lo que el Señor padeció por nuestra salvación. Y tomemos cada regalo y enseñanza que nos ha legado para nuestra vida con su ejemplo de amor, cuidado, perdón y vida eterna.
Permitamos que las siete palabras de Jesús en la cruz, transformen hoy nuestras vidas y nos llenen de gozo y gratitud.
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Que la cruz de Jesús tenga un nuevo significado hoy en tu vida, tu amiga,
Lidia E. Cames
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1 Comment
Dios es misercodioso quiero a prender mas la palabra de Dios