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«Honra a tu padre y a tu madre. Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: Si honras a tu padre y a tu madre, te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra». Efesios 6:2-3 NTV
Y sin embargo, allí está la promesa de Dios: te irá bien y tendrás una larga vida. ¿Cómo caminar hacia esa bendición cuando el corazón está herido?
💔 Honrar a tu madre cuando fuiste herida

Este versículo es un mandato dirigido a personas reales, con padres imperfectos… o incluso dañinos. La Palabra de Dios es clara: nos pide honrar, no necesariamente amar. Dios conoce el dolor humano, no ignora tu dolor; Él lo ve. El Señor no nos exige sentimientos que aún no hemos sanado, pero sí nos invita a caminar en obediencia, incluso cuando el corazón está roto.
Honrar no es fingir que nada pasó; es decidir actuar con integridad, respeto y compasión, a pesar del pasado. Cuando decides honrar a tu madre a pesar de todo, estás eligiendo confiar en Dios más que en tus emociones.
Honrar a una madre que te dañó puede verse de diferentes formas:
— No hablar mal de ella, aunque tengas razones para hacerlo.
— Orar por su vida, por su salvación y por su sanidad interior.
— Ayudar en sus necesidades básicas, si está en tus posibilidades.
— Liberarla del juicio y entregarla a Dios, para que Él sea quien haga justicia.
🌿 Sanar desde la comprensión
Una verdad que puede ayudarte en este camino es reconocer que muchas madres también tienen una historia de dolor. Tal vez fueron mujeres que nunca sanaron su infancia, que crecieron sin cariño o repitieron lo que aprendieron. Eso no justifica, pero sí explica.
Cuando logras mirar con compasión, aunque sea desde la distancia, comienzas a sanar tú. Liberas el peso del juicio, y permites que sea Dios quien haga justicia y restaure tu corazón.
🔓 La promesa detrás del acto de honrar a tu madre
Dios no pasa por alto tu obediencia. Cuando eliges honrar a tu madre a pesar del daño, estás sembrando para tu propia vida. Estás liberando bendición sobre ti misma. Aunque ella no cambie, aunque nunca pida perdón… tú caminas en libertad.
Si hoy decides soltar la amargura, perdonar y dar un paso hacia la honra —aunque sea pequeño— estás diciendo: “Señor, confío en tu justicia más que en mi dolor”.
Y ahí comienza la sanidad…
Ahí se activa la promesa…
Te irá bien. Tendrás una larga vida.
Ahí empieza tu libertad.
Porque obedecer a Dios, aún con lágrimas, desata bendición.
También te ayudará leer: Cuando decides soltar el pasado, tu alma empieza a sanar
Oración:
Señor, tú conoces mi historia y el dolor que llevo en el corazón. Hoy te pido que me ayudes a perdonar a mi madre y a honrarla como tú me lo mandas. Dame tu fuerza para obedecerte, aun cuando me cuesta, y activa en mi vida la promesa de tu Palabra, porque deseo que me vaya bien y que mis días sobre esta tierra sean muchos. En el nombre de Jesús, amén.
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Mi oración es que Dios sane tu alma con su amor, tu amiga,
Lidia E. Cames
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1 Comment
Gracias
Mmm uy valiosa promesas