Felicidades a todas las maestras
15 mayo, 2015
Es mejor creer para ver
15 mayo, 2015
¿Sabías que eres luz del mundo que te rodea? Me encontré en el internet una anécdota que ilustra muy bien como funciona esta verdad en nuestra vida.
Había un hombre en una ciudad de Oriente, que caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna.
En determinado momento, se encuentra con un amigo, quien lo mira y de pronto lo reconoce se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo entonces, le dice:
¿Que haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves…
Entonces, el ciego le responde:
«Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí. No sólo es importante la luz que me sirve a mí sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella; alumbrando a otros, también me beneficio yo, pues evito que me lastimen otros que no podrían verme en la oscuridad”.
Justamente eso es lo que Jesús quiso decir a sus discípulos. Aquí te comparto dos versículos diferentes que lo dicen:
«Jesús dijo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida… Ustedes son la luz del mundo». Juan 8:12; Mateo 5:14
Solamente por el hecho de creer en Él, Jesús te ha conferido el alto honor de llevar su luz donde quiera que vayas. Tú tienes un brillo muy especial que Jesús te ha dado.
Eres luz del mundo que te rodea.
¡Eres una mujer brillante! No eres una persona gris y opaca mi amiga. Tienes la capacidad de alumbrar la vida de alguien que va en oscuridad.
Deja de pensar que tu plática no es interesante, o peor: No pienses que a todos les “caes mal”.
Por la gracia y el favor de Dios sobre ti brillas con la luz de Cristo en tu vida; entonces estás hecha para ser de bendición para los que te ven.
Tal vez a algunos les moleste en los ojos tu brillo; pero es porque no están acostumbrados a la luz de Jesús.
De ellos no te preocupes ni te enojes, estoy segura que ya se acostumbrarán y también serán bendecidos.
Entonces, camina siempre con la convicción de que donde tú vayas cambiará la oscuridad en luz, el enojo en paz, la tristeza en gozo, la mentira en verdad, sólo porque Jesucristo vive en ti.
Tu mirada, tus palabras y tus acciones reflejan un brillo muy especial que Jesús te ha dado junto con su salvación. Solamente créelo.
Si te atreves a creer que de verdad eres luz del mundo, seguro que el temor y la inseguridad desaparecerán de tu vida. Porque ser la luz es parte de la nueva identidad que hemos adquirido a través de nuestro Señor Jesucristo. Y recuerda siempre que la luz que nosotras llevamos es para alumbrar la oscuridad de los demás.
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Alumbra a todos con la luz de la vida que Jesús te ha dado, tu amiga,
Lidia E. Cames
Entrada actualizada: Brillando en la oscuridad
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