Promesa para madres preocupadas
12 diciembre, 2016¿Quiere Dios darme un esposo?
20 diciembre, 2016Hay muchas cosas que queremos. Comer. Adelgazar. Tener dinero. Todas estas cosas para agradarnos a nosotros. Pero necesitamos vivir con el querer y el hacer.
También queremos ayunar. Orar. Leer y meditar la Palabra. Servir en la iglesia. Diezmar. Dejar el pecado. Todo esto para agradar a Dios y vivir bien recibiendo sus bendiciones.
Pero también hay muchas cosas que queremos y no hacemos nada para lograrlas. Y no hacemos porque no podemos… y no podemos porque la voluntad es débil, porque la carne nos gana o porque tal vez seamos inconstantes.
Incluso las promesas de Dios, las queremos pero no podemos dar los pasos que se necesitan para llegar a ellas.
¿Por qué?
Mira lo que dice la Biblia:
«Dios está obrando entre ustedes. Él despierta en ustedes el deseo de hacer lo que a él le agrada y les da el poder para hacerlo”. Filipenses 2:13 PDT
¿Cómo tener el querer y el hacer?
Cuando Dios nos da el querer, también nos da el hacer. Y nos ponemos en acción inmediatamente.
Es querer hacer algo para obtener bendiciones, pero que vayan conforme a la voluntad de Dios.
Pero he entendido que cuando queremos y no hacemos es porque no ha venido de Dios el querer. Sólo queremos con la carne. Las motivaciones son equivocadas. Quizá para satisfacer el propio deseo, para competir, para acumular más o para presumir más.
Cuando Dios es el que pone en nuestro corazón el querer hacer algo para agradarle, también viene el hacer porque va de acuerdo con su voluntad. Dice la Palabra de Dios:
«Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo». Jeremías 31:33 NTV
Cuando Dios Espíritu Santo te está poniendo en tu corazón el querer, también te está capacitando para el hacer. Y haces lo que tengas que hacer para llevar a cabo lo que Dios ha puesto en tu corazón.
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Sin importar los inconvenientes
No importa si para hacer lo que corresponde tengamos que quebrantar la carne, igual lo realizamos. No siempre es fácil y cómodo hacer lo que Dios nos pone en el corazón.
Es necesario que Dios lo haga para que el hacer se lleve a cabo, aunque eso signifique pasar por una situación muy difícil.
El caso es que cuando Dios pone el querer, no te importa lo que los demás digan de ti. No importa lo que tu corazón sienta, te obligas a hacer lo que Dios quiere que hagas.
Buscas estrategias y consejos para poner en línea tu voluntad con la voluntad del Señor. Se necesita esfuerzo y disciplina para llevar a cabo el hacer. A veces hay que dejar que la carne se duela para que el querer se realice mediante hacer.
De manera personal, si no fuera porque Dios ha puesto en mí el querer, ya no estuviera yo siguiéndole. Porque he tenido que morir a la carne, al ego y al orgullo muchas veces y los que todavía me falta. No es mi fuerza, ni mi voluntad, sino el querer que Dios ha puesto en mí.
¿Qué es lo que tú estás queriendo? ¿Está en línea con la voluntad de Dios?
Que tu oración a partir de hoy sea pedir a Dios que ponga el querer y el hacer en tu corazón.
Oramos:
«Mi Dios amado, hoy decido abrir mi corazón a tu voluntad. Te pido que escribas ahí tus instrucciones para que se produzca en mí tanto el querer como el hacer.
Quiero agradarte mi Señor, ayúdame a dar pasos para acercarme a ti, guíame a ese propósito perfecto que tienes para mi vida. Solamente tú puedes hacerlo a pesar de mí, Señor.
Gracias por escuchar y responder mi oración. En el nombre de Jesús. Amén».
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Deseo que Dios ponga en tu corazón el deseo y la fuerza para ir hacia tu bendición, tu amiga,
Lidia E. Cames
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