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Brilla con la luz de Jesús
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Alabemos a Dios en todo tiempo, esto quiere decir siempre, sin detenernos a analizar si las circunstancias son favorables o si son contrarias. Es necesario que siempre nuestra boca se abra para dar una alabanza a nuestro Creador.
Cuando las cosas no te van como tú lo esperas, tal vez se te complica un poco la alabanza; pero justo en ese momento es cuando tú decides ofrecer un ‘sacrificio de alabanza, fruto de labios que confiesan su nombre’ (Hebreos 13:15).
¿Cuál es la razón para hacerlo así?
Porque la majestad, soberanía y poder de Dios no dependen de tus situaciones. Él es Dios en todo tiempo y para siempre está sentado en su trono reinando sobre toda su creación.
Dice la Biblia:
«Alabaré al Señor, pase lo que pase. Constantemente hablaré de sus glorias y de su gracia». Salmo 103:1 NBV
Esto nos dice que si estamos pasando por situaciones críticas, Dios sigue siendo el Rey glorioso y soberano, aún sobre las circunstancias que estamos pasando. Nos conviene recordarlo en medio de los más grandes problemas.
Alabemos a Dios en todo tiempo
Sea cual sea tu situación, alábale con tu boca y con tu corazón. Dale gracias porque es tu Dios y tiene cuidado de ti. Tu corazón y tu entendimiento empezarán a inundarse de una gran paz que sobrepasa todo entendimiento. Entonces, el gozo del Señor llenará tu ser.
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A Dios le daremos la gloria cuando estemos contentas y cuando estemos tristes. Porque Él está en control de las dos situaciones, el Señor gobierna sobre esa situación que te hace feliz, pero también gobierna sobre aquella situación que te provoca tristeza.
Alábale porque Él es poderoso para resolver todos tus problemas. Dale gloria porque Él es Rey Soberano sobre todas las cosas y te dará la victoria a través de su Hijo Jesucristo.
Te aseguro que esto es mucho mejor que preocuparte y deprimirte por lo que estás viviendo. Te ayudará a comprender que Dios es más grande e importante que todas las dificultades que estás enfrentando ahora.
Y como complemento comenzarás a notar que la paz y el gozo vendrán a tu vida y llenarán tu corazón.
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Que Dios guarde tu vida por siempre, tu amiga,
Lidia E. Cames
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