¡Levántate y trilla!

«Levántate y trilla, hija de Sion, Pues yo haré tu cuerno de hierro y tus pezuñas de bronce, para que desmenuces a muchos pueblos, para que consagres al Señor su injusta ganancia, y sus riquezas al Señor de toda la tierra». Miqueas 4:13

Antes de entrar en el tema te comparto la definición de la palabra trillar:

Trillar significa triturar o quebrantar el cereal cortado para separar el grano de la paja.

En este versículo hay una instrucción de Dios: «Levántate y trilla».

Pero también hay una promesa: «haré tu cuerno de hierro y tus pezuñas de bronce».

Y más aún, encontramos la razón de esta promesa: «para que desmenuces a muchos pueblos, para que consagres al Señor su injusta ganancia, y sus riquezas al Señor de toda la tierra».

Así es como trabaja Dios en nosotras.

¿Cómo aplicas a tu vida la expresión «Levántate y trilla?

Tal vez en tu naturaleza te creas débil. O quizá se te están acabando las fuerzas para seguir luchando por tus sueños, tus metas y tus anhelos.

En esta promesa Dios te anima a que te levantes por la fe y hagas a un lado todo lo que te hace daño.

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Derriba todo aquello que se esté interponiendo en tu camino y te impide llegar a lo que el Señor ha preparado para ti. Para eso es la promesa del cuerno de hierro y las pezuñas de bronce. Significa que Dios te hará muy fuerte, aunque te sientas sin fuerzas ahora.

En el nombre de Jesús destruye en tu vida el miedo, el desánimo, la maldad, la desesperanza, la depresión. Y atesora lo hermoso que Dios te ha dado.

Tal vez sea un proceso cansado, difícil o doloroso, pero el Señor promete ayudarte, tomarte con su mano poderosa sosteniéndote con poder.

En cuanto tú empieces a levantarte, Él te dará fuerzas como un toro con cuernos de hierro y pezuñas de bronce. Así desmenuzarás lo que estorba, lo que no te ayuda.

Fuerzas nuevas y sobrenaturales son las que Él te dará para obtener lo verdaderamente valioso para tu vida. Pero necesitas empezar a levantarte en el poder del Espíritu Santo. Lo demás lo hará el Señor, nunca te dejará ni te abandonará.

El Señor te dice hoy: ¡Pelea! Porque yo te fortaleceré. Yo te daré las estrategias. ¡Yo estoy contigo y tú tendrás victoria! 

Finalmente

Recuerda la razón de la promesa, rendirle a Dios la victoria. En todo lo que ganaste siempre darle la gloria debida a su nombre, por su amor y cuidado que tiene hacia ti.

Cree y aplica esta palabra, porque es seguro que habrá bendición abundante para tu vida. Si Dios ya lo prometió, es porque verdaderamente hará de ti una mujer guerrera, que no se detiene ante los obstáculos, sino que los salta o los derriba en el nombre de Jesús.

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Dios bendiga tu vida por siempre, tu amiga,

Lidia E. Cames

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