Jesús te da descanso
22 mayo, 2015En Dios haremos proezas
23 mayo, 2015Cuando la escritura nos dice: entrena para obtener tu premio, significa que cada día es necesario entrenar nuestro cuerpo para hacer todo lo que a Dios le agrada.
Necesitamos ejercitar nuestra mente en los pensamientos que Dios quiere que tengamos y a sujetar nuestras emociones al gobierno de Cristo.
Esto es necesario para dar pasos hacia esa vida eterna que es nuestra meta. En mi opinión, me parece que la vida eterna es la primera promesa que no debemos descuidar, por eso necesitamos entrenar.
¿Cómo debemos ejercitarnos para cuidar este premio?
La Biblia nos dice cómo hacerlo:
«Los que se preparan para competir en un deporte, dejan de hacer todo lo que pueda perjudicarlos. ¡Y lo hacen para ganarse un premio que no dura mucho! Nosotros, en cambio, lo hacemos para recibir un premio que dura para siempre. Yo me esfuerzo por recibirlo. Así que no lucho sin un propósito. Al contrario, vivo con mucha disciplina y trato de dominarme a mí mismo. Pues si anuncio a otros la buena noticia, no quiero que al final Dios me descalifique a mí». 1 Corintios 9:25-27 TLA
Entrena para obtener tu premio
Según este pasaje necesitamos ponerle intención a esta tarea con algunas ideas útiles para prepararnos:
1.- Hacer a un lado lo que nos estorba para conservar la vida eterna. Soltemos la falta de perdón, la crítica, la ira descontrolada, las incredulidades, las preocupaciones, y todo lo que nos impida avanzar en la fe.
2.- Poner mucho esfuerzo porque no es muy fácil. Practiquemos el amor, el perdón, la honestidad, el respeto a los demás, hacer el bien cuando nos hagan mal, entre otras cosas
3.- Tener disciplina y dominio propio. Seamos constantes, no importa que fallemos una y otra vez mi amiga: volvamos a intentarlo. Sólo así cultivamos la disciplina y el dominio propio.
Si no obligamos a nuestro cuerpo a estar sujeto a la voluntad de Dios, no se ejercita en las cosas celestiales.
No queremos perdernos el premio que nos espera, ¿verdad?
Entonces, es necesaria la disciplina para disfrutar de las promesas que Dios tiene para ti. Es la única participación que te corresponde en la carrera por la vida eterna.
Que el Espíritu Santo siempre será nuestro Ayudador seguro para dominar los impulsos que podrían debilitarnos en la relación con Dios. Solas no podremos, mi amiga.
En el nombre de Jesús sí podemos. Necesitamos fortalecernos en la fe teniendo tiempos de intimidad con Dios y leyendo su Palabra.
Conclusión
Así que amiga, entrena para obtener tu premio, porque bien vale el esfuerzo y la dedicación para llegar victoriosas a la promesa de la vida eterna, porque es lo más importante que Dios nos da.
Quizá pienses que es muy poco o casi nada lo que haces hasta ahora, pero lo estás haciendo bien. No te desanimes y continúa aunque no veas grandes victorias, los pequeños logros también cuentan.
Te conviene leer: El camino de Dios requiere de ejercicio
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Que cada día Dios te afirme en la fe, tu amiga,
Lidia E. Cames
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