3 caras de la bendición de Dios
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30 octubre, 2018En esta reflexión quiero compartirte un poco de lo que ha sido mi propia lucha, lo que para mí significa la lucha diaria de una cazadora de promesas.
Me sucede muy a menudo. Cuando quiero ser mejor mujer, esposa, madre, hermana, hija o amiga, tengo la sensación de que es cuando se presentan las dificultades más inesperadas.
Esto me roba la tranquilidad; entonces, mi voluntad por mejorar se convierte en una lucha con mis emociones.
Luego me enojo, y con el enojo viene el insulto; me frustro, y con la frustración vienen los deseos de controlarlo todo; o simplemente me lleno de miedo y me paralizo sin poder actuar.
Mi mente se nubla, mi entendimiento se bloquea y en los días más difíciles he llegado a sentir que se debilita mi fe.
¿Por qué, Dios mío?
Pareciera que todos se ponen en mi contra, que no quieren que yo sea como Dios quiere. Pero realmente no es eso, la clave está en un poderoso versículo de la Biblia:
«Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa». Gálatas 5:16 NTV
Aquí se encuentra la realidad que Dios ha preparado para mí y llego a la siguiente conclusión:
«Dios me creó perfecta y capaz, pero a mí me toca tomar la decisión de cuidar esa perfección en mi corazón, alejando el temor y eligiendo la dirección del Espíritu Santo para vivir bien”.
Esta es la lucha diaria de una cazadora de promesas
Esta es una lucha muy distinta, porque se trata de tomar decisiones.
Ese es el motivo por el que surgen los malos entendidos, los planes que no se concretan, los horarios que no se ajustan o qué sé yo cuántas cosas «se nos oponen».
Porque quizá sólo debo elegir ser dirigida por el Espíritu de Dios. Así es la lucha diaria de una cazadora de promesas.
En lugar de darle espacio libre a mis emociones, lo que me toca hacer es pedir ayuda al Espíritu Santo. Pedirle que Él tome el control de mis emociones y mis reacciones.
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Es una batalla que tengo todos los días, y no te voy a mentir: a veces siento que la gano, pero muchas otras me he sentido derrotada. Aún así, no me rindo, cada mañana decido depender de la gracia de Dios para poder avanzar un poco más.
Lo que sí sé es que hoy no soy la misma que era ayer, y mañana no seré la misma de hoy. Yo tomo las decisiones y sé que Dios hará los cambios en mí.
Querida amiga, ¿te pasa a ti lo mismo o solamente a mí?
Gracias a Dios porque sé que no estoy sola, que esta es una lucha que tenemos todos los días, todas las mujeres que decidimos llevar una vida guiada por el Espíritu Santo.
Si tú te identificas conmigo, seguramente hay más mujeres que me acompañan en la lucha diaria de una cazadora de promesas, entonces no te detengas y comparte este mensaje en tus redes sociales con los botones en color rosa que están al final del post. Si deseas recibir los mensajes nuevos en tu correo, deja tus datos en el botón «Suscribirse».
Dios bendiga tu vida siempre, tu amiga,
Lidia E. Cames
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2 Comments
Gracias, gracias,yo creí que era la única que me sentía así , gracias por estar cuando más la necesito y darme fuerzas diarias ,no se imagina de cuanta bendicion es su página para mi vida. Bendiciones abundantes del cielo para usted.🌷🌻🌸🙏
Hola Miriam! 🥰
Agradezco mucho tu comentario amiga, me alienta a continuar trabajando para el reino de Dios. Gloria a Dios por su obra en tu vida y en la mía… Que Dios nos siga dando de su gracia abundante, un abrazo 😍💝🌈