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Me encontré un versículo que revela claramente una forma de aferrarse a la esperanza que Dios nos ofrece. Y me agrada mucho porque he aprendido no nos conviene perder nunca esa esperanza segura.
¿Entonces?
La esperanza no se pierde, sino que se suelta cuando dejamos que el desánimo controle nuestro pensamiento, nuestra boca y nuestra conducta.
Es cuando la fe se empieza a derretir como hielo expuesto al sol.
Mira, este es el versículo:
«Le pido a Dios, fuente de esperanza, que los llene completamente de alegría y paz, porque confían en Él. Entonces rebosarán de una esperanza segura mediante el poder del Espíritu Santo». Romanos 15:13 NTV
Una forma de aferrarse a la esperanza
La esperanza se hace más grande cuando decides que Dios te llene con alegría y paz, sin importar lo que vivas en el momento.
Para que Dios te llene de alegría y paz es necesario que determines pararte firme en la fe de que Él obrará con poder en medio de las situaciones que estés atravesando.
Cuando le crees a Dios, Él mismo se encarga de suministrarte de gran gozo y tranquilidad. Así que permite que Dios derrame sobre ti grandes dosis de alegría y paz.
Eso te mantiene en la fe y aumenta tu capacidad para esperar.
No permitas que la desesperanza se adueñe de tu mente y corazón y elige creer que Dios resolverá los asuntos que tú no puedes.
Ahora abre tu corazón y pide que te llene con su gozo y su paz. ¡Créele a Dios!
Te ayudará leer: «La esperanza ¿muere al último?
No pongas tus ojos en el problema, más bien levanta tu problema hacia la misericordia y grandeza de nuestro Señor y establece su voluntad soberana.
Te sorprenderás de la forma tan especial en que el Todopoderoso obrará a tu favor.Sólo así afirmarás tu esperanza en Dios y tu fe no tambaleará jamás.
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Que Dios sea siempre tu fortaleza y tu esperanza, tu amiga,
Lidia E. Cames
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