Ayuda efectiva en tiempos de crisis

Yo vengo a decirte de parte de Dios que no busques en los lugares equivocados, que no vayas adonde puedes encontrarte con más caos o puedas perderte en un viaje sin regreso.

Porque sólo hay un lugar donde encontrarás ayuda. El salmista lo dejó establecido muy claramente:

«Dios es nuestro refugio y fortaleza. Él siempre está dispuesto a ayudarnos en los momentos difíciles». Salmo 46:1 PDT

Ahora necesitamos conocer la forma de acercarnos y buscar esa ayuda que tanto nos hace falta. Sigue leyendo porque seguramente Dios te hablará hoy.

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En Dios hay ayuda efectiva en tiempos de crisis

El único refugio donde puedes vivir con más seguridad son los brazos de nuestro Dios. Es Él quien te da la fuerza y un lugar de protección en los momentos inciertos de tu vida. Nadie puede sostenerte en medio de la tormenta como el Señor lo hace.

Acude a su bondad y misericordia, acércate confiadamente al trono de la gracia. Porque su amor llega adonde tu razonamiento no puede llegar. Búscalo. ¿Requisitos?

Sólo tienes que acercarte a Él con fe firme y clamarle para que inmediatamente te resuelva. Dios siempre está dispuesto a ayudarte en los momentos de tribulación. Lo único que necesitas es creer (sin dudar) que Él puede ayudarte.

No te equivoques. No hay otro Dios que se interese en tu bienestar como lo hace nuestro Padre Eterno, el que nunca te abandona.

Así que si necesitas ayuda efectiva en tiempos de crisis, haz a un lado temores y preocupaciones y mira a nuestro Dios amoroso que te cuida y te defiende de toda situación de peligro. Confía en Él y llénate de su paz.

Oramos:

«Padre Dios, me acerco a ti en el nombre de Jesús con mi corazón necesitado y lleno de fe, confiando en tu bondad y misericordia.

Confieso que no existe otra fuente de seguridad y de protección aparte de ti. Eres mi Dios que me ama y no me abandonas jamás.

Gracias porque estás siempre dispuesto a darme tu mano de poder en mis situaciones complicadas. Te pido ayuda para tener paz y estar confiada en que tú eres mi Roca y mi fortaleza.

Decido refugiarme en tu presencia mientras espero que resuelvas todo según tu voluntad. Te adoro y bendigo tu santo nombre. Amén».

Deposita todas tus angustias hoy en el Señor, tómate de su mano y enfrenta este día con la seguridad de que tendrás victoria en todo lo que tengas que vivir.

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Que Dios te guarde siempre, tu amiga,

Lidia E. Cames

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