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5 diciembre, 2015Una hermosa hija de Dios me escribe porque no sabe cómo vencer ese pecado oculto que la está afligiendo.
Me pregunto ¿cuántas mujeres que amamos a Dios nos podríamos encontrar en situaciones parecidas?
Por esa razón publico la consulta, y mi punto de vista para que encuentre una solución.
Cómo vencer ese pecado oculto
Estas son sus palabras:
“Estoy deprimida, soy maestra de Escuela Bíblica. Amo el poder inculcar la palabra del Señor pero tengo un pecado oculto que no le he contado a nadie porque no confío en nadie tanto como para contarle. Me siento hipócrita y justo ahora no sé si pueda seguir siendo cristiana, amo a Dios con todo mi corazón pero aun así no debo de ver pornografía y masturbarme. No es todo el tiempo, inclusive es como en temporadas siempre que me reconcilio y presento mis pecados y ofensas al Señor le presento este problema y hasta se lo he entregado pero aun lo hago, lloro desesperadamente luego de hacerlo y me siento sucia, vacía y muy hipócrita.
¿Cómo puedo hacer? ¿Qué debo hacer? estoy desesperada sin trabajo, me fui de mi casa pero necesito suplir las necesidades de mi madre aunque no viva con ella, siento que soy un fracaso en todo, tengo 28 años y no me he graduado en nada. Pasé cuatro años encerrada en la iglesia trabajándole a Dios o ya ni sé si mi servicio fue grato ante Dios. No sé qué hacer por favor díganme algo que me ayude a levantarme porque siento que ya estoy más afuera que adentro. Tengo tres días sin comer bien y no tengo cómo salir a buscar un empleo porque mis zapatos están rotos y no tengo ropa y mi madre no sé si tiene qué comer, estoy desesperada.”
Respuesta:
Amiga, es muy hermoso saber que amas al Señor y trabajar en su reino, esto te facilitará mucho tu regreso a Él. Te voy a sugerir tres cosas que te darán luz acerca de cómo vencer ese pecado oculto:
1.- Regresa cuanto antes a los brazos de tu Padre Celestial.
Vuelve a Dios amiga linda, confiésale tu pecado y pídele que te ayude. Te aseguro que no te va a dar la espalda, porque Él es un Padre que ama a sus hijas.
El amor de los padres no cambia en absoluto cuando sus hijos no se conducen de la manera correcta; aun siendo humanos nunca dejaríamos de amar a nuestros hijos, solo porque no se comportan adecuadamente.
Imagínate a nuestro Padre Celestial, cuyo amor es incondicional, eterno e inagotable. Él no deja de amarte y sabe de tu conflicto. No huyas de Él, al contrario: en estos momentos es cuando más necesitas estar cerca de Dios.
Recuerda la parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-24): Jesús relató esa historia con la finalidad de que conozcamos el amor de nuestro Padre celestial. No importa la condición en que regreses, Él siempre estará
dispuesto a recibirte con los brazos abiertos.
Es cierto que el pecado te aleja de Él; pero si tú te acercas con un corazón sincero y arrepentido te va a perdonar y a recibirte… y no sólo eso, sino que te va a ayudar a salir de eso. Sólo tienes que pedírselo. No permitas que la culpa te aleje del Señor.
2.- Busca ayuda
Lo que sí te digo es que callando no vas a lograr resultados firmes y permanentes. Entiendo muy bien que no confíes en nadie, tal vez tengas miedo de ser juzgada o rechazada; pero es necesario que te ayude una mujer con madurez en la fe y llena del amor de Dios.
Es conveniente que tengas a alguien para rendirle cuentas, que ore contigo; una mujer a quien puedas hablarle en el momento en que la tentación de caer sea más fuerte y clamen juntas pidiendo fortaleza para tu fe.
Busca ayuda, no permitas que el enemigo te detenga, lucha con valentía por tu libertad. No te aísles, eso es lo que Satanás quiere: que nadie te ayude para seguir esclavizándote.
Pide ayuda al único que puede hacerlo: al Creador tuyo, que te conoce perfectamente bien y sabe qué es lo que necesitas… Él te mostrará la persona adecuada y te guiará hacia ella. Ofrécele tu mano a Dios, Él la tomará y te llevará a donde necesitas estar.
3.- No dejes de congregarte.
Necesitas del calor espiritual que Dios derrama en medio de la comunidad. Si te reúnes con los demás creyentes tu espíritu y tu alma se llenarán de un nuevo ánimo y el Señor derramará sobre ti bendición y vida eterna.
Te dejo este pasaje bíblico:
«Entonces decidí confesarte todos mis pecados; no escondí ninguna de mis culpas. Decidí confesarte mis errores, Señor, y tú perdonaste todas mis culpas. Por eso, todos tus seguidores deben orar a ti. Y así, aunque estén en mil dificultades, nada malo les sucederá». Salmo 32:5-6 PDT
Lectura de la Biblia para meditar: Salmo 51, 25 y 69
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4 Comments
Dios Bendiga a cada hombre y mujer que busca el Reino de Dios.
Amén! Gracias por tu comentario, Junior Chagua…
Leer Isaías 43:25 y Lucas 18:9-14. Cuando le confesamos nuestros pecados a Dios, Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos (1a Juan 1:9). Y si Él nos ha perdonado, no debemos rechazar su gracia y el sacrificio que sufrió en nuestro lugar para que nosotros pudiéramos ser perdonados. Es sólo por su gracia, por su misericordia y por su infinito amor que somos salvados (Efesios 2:8).
Gracias querida Maria Elena! Seguro nuestra amiga tendrá más apoyos bíblicos que aumenten su fe durante su proceso… Dios te bendiga