Tienes el apoyo de Dios
30 mayo, 2017Dos atributos de Dios que obran milagros
6 junio, 2017El título «Deseos y temores» se debe a que hoy reflexionaremos sobre temores del malvado y deseos del justo. Está dicho en la Escritura:
«Lo que el impío teme vendrá sobre él, Y el deseo de los justos será concedido». Proverbios 10:24
SIGNIFICADO DE “IMPÍO” Y “JUSTO”:
─“Impío” quiere decir malvado, perverso, pecador. La persona malvada y perversa es aquella que disfruta haciendo lo malo, y que aun sabiéndolo decide seguir en el mismo camino. El impío siempre tiene miedo, porque el miedo es una de los efectos de obrar mal…
─“Justo” quiere decir honrado, bueno, honesto, íntegro, que no se deleita en la maldad.
¿EN QUÉ GRUPO QUEREMOS UBICARNOS?
Claro que en el grupo de los justos.
Amiga, tú eres justa, porque desde el momento en que creíste en Jesús eres justificada con su sangre. Eres redimida, perdonada y aceptada por Dios.
Aunque a veces te equivoques, te presentas ante Dios porque sabes que siempre te ayudará a poner en orden tu vida. Cristo es quien nos justifica.
Diferencia entre deseos y temores:
Los temores del malvado.
El malvado siempre tiene temores, porque la maldad siempre acarrea miedo en las personas. Siempre tiene miedo de enfermarse, de morir, de perder sus bienes, de que lo traicionen… en fin, muchos miedos.
El temor siempre es sembrado por Satanás, el padre de la maldad. Por eso es que él mismo se encarga de que los temores se hagan realidad.
Los impíos son víctimas de sus propios temores. Lo que más temen es lo que les sucede.
Esa es la razón por la que muchas personas de ese tipo, intentan “protegerse” con amuletos, limpias y cosas parecidas. No se dan cuenta que lo que hacen es abrir más puertas para el mal.
Los deseos del justo.
Para los justos hay promesa: Dios concederá los deseos de su corazón. Muchas veces la gente buena y honrada no tiene que pedirle. Él conoce lo que piensas y lo que deseas… Él te dará conforme a su amor y riquezas en gloria.
Aquí tienes la misma promesa en otro pasaje bíblico:
«Deléitate en el Señor y Él te concederá los deseos de tu corazón». Salmo 37:4 NTV
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Tú necesitas creer esta promesa que Dios tiene para ti, porque Él siempre responde a la fe de sus hijos.
Pon toda tu confianza en su Palabra y disfruta de esos deseos cumplidos de parte del Padre. Siempre te responderá con bendiciones… en Él vivirás segura.
PERO… ¡MUCHO CUIDADO!
El enemigo de tu alma no quiere que seas bendecida, ?eh?
No se conforma con perjudicar a los pecadores, sino que se acercará a las personas justas y les sembrará el temor.
Sí, así como lo lees. El enemigo no respeta, él quiere que tú caigas en el círculo del temor y la maldad.
Mira la historia de Job:
Dice la Biblia que Job era un hombre justo:
«Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal». Job 1:1
A él le sucedieron muchos desastres. Perdió todos sus bienes, sus trabajadores, se le murieron sus hijos y le cayó una enfermedad muy fea en la piel.
Y es que Job era un justo que tenía miedos. Él lo dijo:
«Todo lo que yo temía, lo que más miedo me causaba, ha caído sobre mí». Job 3:25
El enemigo había sembrado el temor en su corazón.
Ponte muy atenta, amiga. Localiza los temores que te asalten durante este día, reconoce que esos no vienen de Dios y deséchalos.
Una hija de Dios vive en la confianza de que Dios se hace cargo de su vida, su seguridad, su provisión, su protección, su sanidad.
Y hoy la promesa es que el Señor te dará aquellas cosas que no necesitas pero que tú las anhelas. Sólo por el gusto de bendecirte.
Así que echa fuera de tu vida todos los miedos y alégrate porque Dios da a los justos el placer de ver sus deseos cumplidos. Que el enemigo no te engañe con los temores que
intenta introducir en tu alma.
Cree que eres justificada y perdonada por la sangre de Cristo y vive confiada en que los anhelos de tu corazón serán cumplidos porque te deleitas en Dios y en hacer su voluntad.
Amiga querida, declárate protegida y bendecida por nuestro gran Dios, amoroso y poderoso. Siempre estará atento a tus más profundos deseos y te los concederá.
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Dios te bendiga abundantemente, tu hermana y amiga,
Lidia E. Cames
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