En esta temporada navideña, mientras decoramos nuestros hogares y preparamos regalos, es un buen momento para reflexionar sobre cómo está el área espiritual de nuestra vida. Hagamos de esta época un tiempo de sanidad y crecimiento que nos permita llegar con amor al corazón de quienes amamos.
Hoy en el día 13 del Reto de Navidad, reflexionamos en el capítulo 13 de Lucas, que nos invita a examinar nuestro corazón a través de tres poderosas enseñanzas de Jesús.
Tiempo de sanidad y crecimiento. Día 13 del Reto de Navidad
La parábola de la higuera estéril (Lucas 13:6-9)
Jesús cuenta la historia de una higuera que, después de tres años, seguía sin dar fruto. El dueño quería cortarla, pero el viñador pidió un año más para cuidarla y abonarla. Esta parábola nos recuerda la paciencia y gracia de Dios. Él nos da oportunidades para crecer y dar fruto espiritual: amor, bondad, fe y servicio. ¿Qué áreas de tu vida necesitan más atención para dar frutos agradables a Dios?
La mujer sanada en día de reposo (Lucas 13:10-17)
Jesús sanó a una mujer encorvada por 18 años, mostrando su compasión y poder para liberarnos de cualquier carga. Esta mujer, limitada físicamente y probablemente marginada, encontró en Jesús una fuente de esperanza y restauración.
A pesar de la crítica de los líderes religiosos, que se aferraban a reglas estrictas sobre el día de reposo, Jesús priorizó la dignidad y la necesidad humana. Su acción nos recuerda que Dios no está limitado por tradiciones humanas y que su amor y poder pueden obrar en cualquier momento.
Amiga, ¿qué te está encorvando hoy? Jesús está dispuesto a enderezar tu vida y darte libertad.
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La semilla de mostaza y la levadura (Lucas 13:18-21)
Jesús comparó el reino de Dios con una pequeña semilla de mostaza que crece hasta convertirse en un gran árbol y con un poquito de la levadura que transforma toda la masa. Esto nos enseña que pequeños actos de fe y obediencia pueden tener un impacto profundo y duradero. En esta Navidad, cada gesto de amor, por pequeño que sea, contribuye a expandir el reino de Dios.
Reflexión final
Este tiempo navideño es una oportunidad para revisar nuestra vida espiritual, recibir sanidad interior y esparcir amor a quienes nos rodean. Permitamos que el Espíritu Santo abone nuestra fe, nos libere de cargas y nos use para llevar luz a otros.
Oración:
Señor, gracias por tu paciencia y amor. Ayúdame a dar frutos que te glorifiquen. Libérame de lo que me impide enderezarme y fortalece mi fe para hacer tu voluntad. Que esta Navidad sea un tiempo de sanidad y crecimiento para mi transformación espiritual y bendecir a los demás. En el nombre de Jesús, amén.
Si gustas ir al inicio de este Reto, accede aquí: Preparando el corazón para la Navidad
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Lidia E. Cames
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