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Querida cazadora, me pregunto si a ti también alguna vez te han dado ganas de salir corriendo para buscar una salvación total y permanente para tu situación.
¿Qué te quiero decir con esto?
Que cuando se nos amontonan las circunstancias adversas y complicadas nos dan ganas de huir para salvarnos de todo el enredo que estamos viendo en nuestra vida.
Pero tú y yo sabemos que a donde vayamos nos perseguirán los temores, las inseguridades, las dudas, la depresión, el enojo, las preocupaciones y todo lo que nos atormenta.
La verdad es que en Dios siempre encuentras una salvación total y permanente. Esto es en todas las áreas de tu vida y todo el tiempo. Él nos dice en su Palabra:
«Vengan a mí todos los pueblos que habitan en los lugares lejanos. Yo los salvaré, porque yo soy Dios y no hay otro». Isaías 45:22 TLA
Todas los días necesitamos que Dios nos salve. ¿De qué?
Antes que otra cosa Dios nos salva de la muerte eterna, al perdonar nuestros pecados cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador.
Pero no solamente de la muerte eterna, sino de cualquier cosa que amenace nuestra alma. Por ejemplo:
*Las emociones te atrapan, te torturan y no hay manera de pararlas.
*También te puede aprisionar tu voluntad.
*La culpa por los pecados pasados.
*Los pensamientos que el enemigo envía a tu mente.
Tal vez has intentado deshacerte de todo esto tan molesto, pero te persigue donde quiera que vas.
En ocasiones encuentras soluciones temporales: el trabajo, las relaciones, las compras, los viajes, la iglesia y más; pero cuando pasa el momento, tu ser interior sigue siendo igual.
Sólo en Dios hay una salvación total
Acude a Él, te aseguro que no te rechazará, sólo tienes que creer que serás libre: el Señor te perdona, te limpia, te restaura, te libera, te consuela, te prospera, te ama, te sostiene y te da vida eterna.
Él es el único Dios verdadero, poderoso y amoroso. Es el único que puede salvarte de todo lo que no te deja crecer y avanzar.
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Lo que necesitas para llegar al trono de Dios es creer que Jesús es el que te limpia de pecado a través de su sacrificio en la cruz.
No hay otro camino, sólo Jesús.
Tienes que pasar por el perdón y limpieza de la sangre de Cristo.
No hay otra forma de presentarte ante Dios; porque no te puedes acercar a Dios con pecados. Él detesta el pecado.
Te ama a ti, pero tus pecados impiden que Él te atienda, por eso es necesario creer en lo que su Hijo Jesucristo hizo para perdonarnos y abrirnos el camino al Padre celestial.
Es por fe, sólo creyendo tienes acceso a la salvación de cualquier situación, emoción o sentimiento que te roba la libertad.
Puedes hacer una oración:
«Señor Jesús, yo creo que moriste en la cruz por mí. Hoy te pido perdón por mis pecados y te doy las gracias por salvarme de la muerte eterna y a cambio me das la vida eterna. Te abro la puerta de mi corazón para que gobiernes mi vida según tu voluntad. En tu poderoso nombre. Amén».
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Que Dios te bendiga en todo tiempo, tu amiga,
Lidia E. Cames
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