Pacto de bendición
30 enero, 2015Nos animamos unas a otras
1 febrero, 2015¿Sabías que eres participante de la gloria de Dios? ¿Sabías que como hija de Dios que ha creído que Jesucristo es su Salvador, te han sido dadas muchas cosas maravillosas?
Una de las cosas que has recibido es la esencia de Dios en tu vida. Eso significa que tienes en ti una dosis de la naturaleza de Dios. Una dosis de su poder, de su amor, de su santidad, en fin, ¡De todo lo que Él es!
Es necesario que las creas para que puedas moverte en la dimensión que corresponde al Reino de Dios.
Cristo te ha dado de la misma gloria que el Padre depositó en Él… y no lo digo yo, lo dice la Biblia que es la Palabra de Dios…
“Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno.” Juan 17:22
Qué significa que tienes la gloria de Dios
La misma gloria que movió a Jesús para hacer señales y prodigios es la que te puede mover a ti.
Es la que te dirige a hacer el bien: a amar, a obedecer, a honrar, a dar, a perdonar, a vencer las tentaciones.
Es poder para sanar, para echar fuera demonios, para hablar de Cristo con poder, para realizar milagros en el nombre de Jesús.
Quizá ahora mismo estás pasando por dificultades y pienses que la gloria de Dios no puede estar contigo en esas circunstancias.
Pues precisamente para esos tiempos difíciles es que la tienes en tu vida.
Seguro que ahí se manifestará todo el esplendor del Padre y te sorprenderá con respuestas que no imaginabas.
Cómo hacer para que se manifieste la gloria de Dios en tu vida. Yo encuentro tres claves importantes:
1.- Antes que nada debes aceptar que eres depositaria de este regalo de Dios y creer que está en ti.
2.- Podrías empezar hoy confesando con tu boca y con mucha fe: «Cristo me ha dado de la misma gloria que Él recibió de Dios»… «Yo tengo la gloria de Dios en mi vida»… «Hoy me lleno de la gloria de Dios para ver milagros y maravillas a mi alrededor y a través de mí».
3.- ¡Actívala! Ejerce tu fe, muéstrala al mundo y deja que ella actúe a través de ti. Los milagros empezarán a suceder, primero en tu persona y luego en tu familia y en todos los que te rodean.
Y al final…
Sólo recuerda: La gloria le pertenece a Dios, no es tuya. Siempre atribúyesela a Él y también toda la honra.
Te gustará leer: «Verás la gloria de Dios«.
Querida amiga, hay muchas mujeres que no saben esto que tú estás aprendiendo hoy ¿puedes compartirles este mensaje? También nos gustaría leer un comentario tuyo para poder saludarte y bendecirte.
Que Dios guarde tu entrada y tu salida, tu amiga y hermana,
Lidia E. Cames
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2 Comments
Buenos días yo me siento bendecida y que estoy llena de la gloria de Dios!!
Hola querida Wendy! ¡Wow! Me gozo mucho por tu llenura y deseo que Dios te lleve de gloria en gloria. Muchas gracias por leernos… Te mando un abrazo!